Pequeño Paul - 10:00 - 18/11/09

Me despierto, salgo de mi escondite y lo cierro. Miro mi aspecto en el espejo, un poco de agua para lavarme la cara y salgo de la habitacion en busca del pequeño antes de dedicarme mas atenciones.

- Paul - lo llamo cuando traspaso la puerta.

Oyes el ruido de los muelles del sofá, e inmediatamente aparece Paul frente a ti. Se frota los ojos con una mano.

- Perdón, señor, no sabía donde podía poner un despertador.

Te das cuenta de que la casa está aun más limpia que de costumbre, y todo recogido. El niño se acerca a ti y te ofrece su muñeca.

Miro extrañado el aspecto reluciente de la casa ¿ha estado limpiando?...

- No tienes que pedir perdon - me agacho junto a él y retiro su brazo delicadamente, colocandolo junto a su cuerpo. - Eso se acabo... - observo su rostro, sus expresiones, intentando descifrar que piensa. - ¿Que tal el dia? -

//Perc+Emp//

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El niño sonríe levemente.

- Muy bien... cuando su amigo llegó insistió en verle, pero abrí el grifo del baño y le dije que estaba bañándose, tuve que cogerle las llaves, señor, para poder volver - dice mostrándote y devolviéndote las llaves de repuesto del apartamento que guardabas en uno de los cajones -. Luego fuimos al parque... Ha sido fantástico. Muchas, muchas gracias.

Muy astuto. Cuando me va a devolver las llaves le cierro la mano, para que se las quede de momento.

- Me alegra que te lo hayas pasado bien. ¿Has cenado? - me levanto, pensando en que podia cocinar para el pequeño.

- No... No he... comido nada. Tengo hambre - admite.

Debia decir que el cuidar a aquel niño me estaba dando una sensacion gratificante, casi sintiendome humano de nuevo al tener que ocuparme de sus necesidades vitales.

- A ver que tenemos por aqui...- empece a rebuscar, coloque una sarten en la vitroceramica y comence a hacerle unos sandwichs, uno con huevo frito. Habian pocas posibilidades mas, la mayoria eran chocolates, embutidos, patatas y porquerias... tendria que realizar otra compra para darle a Paul una buena dieta.

Le coloque la cena encima de la barra americana, acompañada por unas patatas fritas y le arrime una banqueta alta. - ¿Que quieres para beber? - pregunte abriendo la nevera, dejandole ver cola fria, agua, cerveza y mas bebidas alcoholicas que no pensaba servirle.

El niño se sienta rápidamente y empieza a comer.

- ¿Cerveza? - pregunta.

- No en mi casa - no iba a prohibirle que hiciera algo seria inutil, pero si negarselo bajo mi techo.

Le acerco un vaso y coloco junto a él la cola y el agua, para que escoja, esas eran las dos opciones.

- Voy a prepararme, no tardo nada-

Fui a mi habitacion, al baño, y me pegue una ducha rapida. Tambien me cambie de ropa, escogiendo un estilo informal con vaqueros, camiseta negra y una chaqueta gris, hoy no tocaba ir al Louvre. Volvi a la cocina tras 15 minutos aproximadamente.

- ¿Te has duchado? - luego lo ojee por encima... no tenia ropa para él - Vas a necesitar ropa...- quede pensativo, hablando para mi.

//Per//

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Cuando entras, notas que esconde algo rápidamente a su espalda.

- Si, señor, me he duchado, pero no tenía mas ropa.

- Tira esa cerveza... - puede notar la severidad de mis palabras, en mi casa se acataban mis normas y que me estuviera comportando de forma blanda no significa que fuera a concederle todos sus caprichos.

Saco el movil y llamo a un numero de informacion.

- Si perdone, ¿un lugar que venda ropa a estas horas?-

- El Hipermercado Bellefleur está abierto hasta las 10 y media, señor - responde la telefonista, pasando a darte la dirección.

El niño te mira, agachando la cabeza, luego mira hacia el cubo de basura, pero no se mueve un milímetro.

- Gracias - cuelgo y miro la hora, calculando mentalmente si me dara tiempo a llegar o no hasta el hipermercado.

Clavo la mirada en Paul, esperando a ver que hace.

El niño traga saliva, aún sin moverse. Te fijas en que la botella de coca cola está mediada.

Empiezo a dudar si lo que esconde es una cerveza y cedo mi mirada sobre el pequeño. Salgo de la cocina y me dirijo hacia la puerta de salida.

- Nos vamos - abro la puerta para que se de cuenta de la urgencia.

Oye scomo, con sigilo, se abre uno de los cajones de la cocina y luego se vuelve a cerrar. Paul llega corriendo hasta la puerta y sale sin hacerte esperar.

Justo lo que queria, luego ya buscaria la prueba del delito.

Salgo, cierro la puerta y poco dspues estamos en el coche, camino al hipermercado.

- ¿Entonces Richard te cayo bien?- pregunte iniciando la conversacion, esperando que se pusiera a contar lo que quisiera, mostrando interes, aunque con un tono mas serio del habitual.

- Sí, señor... - tu tono le crea inseguridad, y mira fuera, por la ventanilla, inquieto sobre a dónde le llevas -. Se portó bien conmigo.

- Te he dicho que no soy tu señor... solo Johan -

Escucho lo que quiera decirme pero hablo poco, hasta que llegamos al hipermercado.

- Bien, llegamos a tiempo- digo aparcando en el parking del negocio y bajandome del coche, esperando que Paul haga lo propio. Cierro y me dirijo hacia dentro. - A ver que tienen que te sirva-

El niño no habla mucho. Cuando bajas sale contigo, siguiendo tu ritmo en silencio.

Veo el interior del hiper y caigo en que se me han olvidado las gafas de sol, se quedaron en mi coche... Entramos y nos dirigimos a la zona de ropa para niños. Ante el silencio continuado del pequeño intento relajar un poco mi tono, para que se sintiese mas seguro.

- Bueno, ¿que te gusta? - digo mirando la ropa que habia alli expuesta.

- Cualquier cosa servirá señ.. Johan - responde, aunque su mirada va hacia unas deportivas expuestas en el escaparate, algo caras.