Dolor de cabeza (30/12/09)

-No. No, hablo en enserio. Siempre he estado tan preocupada de equivocarme... que muchas veces no veía más allá. Todo porque desde pequeña, un error equivalía a tu muerte o a la de tus compañeros. Y para empeorarlo, he vivido demasiado bien estos años, y con la maldita venda que me puso mi padre. Por miedo a equivocarme, tal vez suceda una atrocidad.

- Hay un horno en casa...

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- Ehm.... bueno, me gustaría ayudarte... pero aquí encerrado no puedo. Lo siento.

Asiento.

Lo que digo ahora puede estar fuera de lugar, pero siento Antón...

-... Creo que tenemos via libre en ese lugar...

Cierro los ojos.

-Basile tal vez conozca a Marcus... me gustaría que asistiera al funeral.

-Igualmente, no creo que puedas. No le caías demasiado bien al príncipe. Basile, ¿sabes cuanto pueden tardar en ejecutar a Arnold?

- Depende de lo sádicos que se sientan... lo mismo un mes, lo mismo un siglo...

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- No saldrá de esa jaula.

-... Creo que ha captado la idea padre -respondo. No con dureza, si no con resignación, con la cabeza algo baja... no me quedan fuerzas para discutir ahora mismo-... Por esta vez... Luego lo volveré a meter en la jaula... por favor.

-Eso me da algo de tiempo, espero. Tengo que averiguar si mi padre tenía algún refugio en París. Pasaba aquí tanto tiempo que no me extrañaria.... y una cosa más. Basile, ¿hasta cuanto asciende la deuda que contragiste con Antón?

Antón suspira.

- No pongas esa cara de cordero degollado. Si le vuelves a meter puedes sacarle, pero no sé si le gustará mucho ver como metemos su cuerpo en un horno... habrá que trocearlo, por cierto...

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- Hasta que... me la perdone. le debo la vida. Por duplicado.

-¿Te salvó la vida dos veces? Creía que sólo te salvó del Príncipe.-digo extrañada.

Tiene razón.

-... Sí... además, no pienso profanar su cuerpo todavía más para meterlo en un horno... Dije que le daré un buen funeral, no faltaré a mi palabra.

Suspiro, y empiezo a caminar.

-Tiene derecho a saberlo... aunque no lo saque todavía... Ahora mismo vuelvo.

Cuando llegas, le oyes hablando con Berenice.

- Me saco de un edicificio en llamas, aunque sólo porque si no se hubiese metido Cutis - se rie -. Pero bueno, supongo que cuenta igualmente.

Bajo las escaleras, despacio. No muy animado.

¿De un edificio en llamas? Vaya... desde luego, está dispuesto a hacer todo por Curtis. Y Basile, aún así, se lo toma verdaderamente en serio... y tiene que pagar su lealtad con el encierro. Veo como baja Curtis, con la cara muy seria.

Recuerdo lo del almacen en llamas.

-No sé si podría haberte salvado si Antón no me llega a ayudar aquella vez.

- Hola, hermano. - dice, contento de verte.

No puedo evitar una sonrisa. Estos dos tienen una larga historia juntos...

Yo no sonrio... mi rostro no muestra ninguna reacción, pero mis ojos sí.

Tristeza.

-... Ha ocurrido algo Basile... en el territorio anarquista.

Esto es una mierda.

-Los perros de Pompingan han matado a dos de ellos en una de sus tretas.

-... Uno llamado Marcus... y su hermana.

Detesto tener que tratar con la muerte de esta forma.

-... Tenemos el cuerpo de Marcus... Alan nos pidió que le diesemos un buen funeral.

Claro... Basile los conocería.

Basile baja un poco la cabeza, pensativo.

- Alan debe de estar muy jodido... Marcus siempre le apoyó.

-... Lo está... pero no se va a rendir por eso.

Miro a un lado.

-Pompignan quiere hundirle, joderle para convertirlo en un pelele a su servicio, pero no lo conseguirá con él.

Vuelvo a mirar a Basile.

-Tenemos que darle un funeral a Marcus... puedes venir si quieres, cuando esté listo todo... creemos que lo mejor es incinerarlo.

- Saldría de aquí hasta para recibir otra paliza de los anarquistas.

-Basile... Oiga, señor Miller, Basile lo está pasando muy mal aquí abajo... ¿No hay manera de que el señor Antón reconsidere todo esto?

Cierro los ojos.

-... Haré lo que pueda para que después del funeral no tengas que volver a entrar ahi...

Tengo que pensar en algo.

-Hay un horno aquí... pero no quiero profanar su cuerpo troceándolo para meterlo dentro... Puede que lo mejor sea dejar el cuerpo en la azotea...