Queriendo hacer lo correcto 1/1/10

No, si al final voy a tener que animarla yo.

Pienso en Berenice... pretende patinar sobre hielo cuesta arriba... pero tengo que confiar en ella.

-... Estoy mejor -digo sonriendo un poco-. No te preocupes.

Paso mis manos por su espalda, suavemente.

Basile cierra la puerta de la jaula y se lleva las llaves antes de subir.

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Ella te besa, más calmada.

Alzo la vista un momento hacia Arnold. Después me encojo sobre mi misma, abrazando mis rodillas y apoyando la frente sobre ellas.

-Arnold... Lo siento tanto...

Paso mis manos, bajando por sus caderas, mientras sigo besándola.

-... Quédate conmigo -y muerdo con cuidad uno de sus lóbulos, sin hacerle daño.

Arnold no se mueve, al rato llega Basile con sangre.

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- Nunca te abandonaré.

Cuando llega, no puedo evitar quedarme un momento mirándolo.

-¿Por qué? No lo entiendo, Basile. No he hecho más que causarte problemas desde que nos conocemos.-mi voz suena terriblemente cansada.

- Curtis tambien - se ríe.

Nigo con la cabeza.

-En serio. Lo pregunto en serio. Si ninguno me va a dejar morirme... necesito saberlo.

-... Ven... muestra tu devoción a tu señor -digo, recostándome en la cama mientras la beso.

- Las personas como tú, o Curtis, entre los nuestros, son algo escaso y valioso, hay que protegerlo. Sé que no te ves así, y que no puedes estar de acuerdo conmigo... pero es mi decisión.

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Ella se sube a horcajadas sobre ti, desabotonando tu camisa.

- ¿Qué desea mi señor?

Su decisión. Agacho la cabeza, dandome un suave golpecito contra mis rodillas.

-Ahí me has pillado...-Abandono mi posición fetal y estiro un poco los brazos, sin levantarme.-... ¿Me pasas esa botella? porque vamos, la noche ha sido redonda...

La miro, acaricio sus muslos mientras ella abre mi camisa. Sin ella no soy nada, y nada merece la pena.

-... Todo.

Basile te pasa la botella.

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//FdI: Sigue tú.//

Cojo la botella, y de una manera muy poco femenina, como en mis tiempos en L.A, me la bebo entera. El sabor de la sangre me tranquiliza un poco... y hace que empiece a pensar con algo más de tranquilidad. Planto la botella a un lado y miro a Arnold. Si no quiere hablar conmigo, averiguaré lo que siente... de la forma que me enseñó mi padre.

//Auspex 2, perc+emp, 1Fdv//

El miembro 'Berenice' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'd10' : 9, 6, 1, 4

Y ella me lo da todo. Se entrega totalmente y sin condiciones, sin saber si se trata del impulso del vínculo o de simple y puro deseo.

Caricias, besos y roces se suceden sin parar. No sé cuanto tiempo permanecimos sobre ese lecho, desearía que no acabara jamás. Este es un momento para los dos... pero no quiero que la sangre adultere nada todavía. En ningún momento dejo que ella pruebe mi sangre o yo la suya. En el culmen del momento es cuando lo hago, prolongando y llevando a cotas más altas su éxtasis, mientras yo disfruto del sabor de su cuerpo y de su sangre.

El aura de Arnold se divide entre el cansancio y un terror mudo. No parece capaz de sentir nada más en ese momento.

-Tiene gracia el asunto.- Aunque mi tono denota que solo duele cuando me rio- Si no fuera porque me parece absurdo, diría que mi padre ha encontrado una manera de vengarse, donde quiera que vaya un vampiro cuando muere. El terror, el dolor, el cansacio...-mi voz suena cansada.

No hay cmabios en él, ni en su aura.

Me detengo antes de que pierda el conocimiento por la falta de sangre o algo peor. Dejo de acariciarla poco a poco, para que se relaje gradualmente. Luego lamo la herida, y después la beso, despacio, agradecido por tener a alguien como ella a mi lado.

La miro... sonriendo.

-Arnold... no sé que pensarás, pero yo no me arrepiento de esa noche. ¿Entiendes ahora de los riesgos que asumia, que para mi esto no era ningún lujo? Tampoco lo es lo que voy a hacer ahora. Voy a protegeros. A ti y al niño que está en mi habitación. Eso sí, lo voy a tener difícil... no tengo el mismo poder que tenías tú en esa casa.

Ella sonríe, también.

- Te amo tanto...

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Arnold se acomoda en lo posible, sin dejar esa posición.

-... No te quiero mentir.-digo, recordando las palabras que me dijo en el pasado.- ¿Tienes idea de que le ha pasado... a tu manada?

-... Lo sé... -le digo, pasando mi mano por su mejilla.

Pongo un brazo sobre ella, acercándola a mí, y dándole un beso en la frente.

No hay respuesta.

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Ella te besa de nuevo. Nunca tiene suficiente de ti.