Queriendo hacer lo correcto 1/1/10

Basile deja de sonreir.

- Déjalo - susurra Arnold - Sólo quiero que acabe todo esto... no hagas estupideces, deja que me maten...

Suspiro.

-Arnold, Lucía ha muerto. No tengo nada que perder salvo mi vida, que ahora mismo no vale nada. Si mueres tú, yo voy detrás.-Alzo la vista a Curtis.-El príncipe espera que vaya a visitarlo pasado mañana... Puesto que no pensaba que la cosa fuera a acabar así, no había dicho nada. Sea como sea, tiene un interés especial en conocerme. Antón se meterá en una buena si me toca un pelo. Además, dice que lleve a Arnold conmigo... si puede andar.

-... Berenice... Tus intenciones son nobles. Crees que puedes salvarle, pero sólo conseguiras matarte tú también.

No lo voy a conseguir.

-... Arnold... ¿qué estarias dispuesto a hacer por ella?

Arnold no responde, se echa de nuevo atrás, en silencio.

-... Esta es mi decisión, Curtis. Ya estaba decidida a sacarle antes del ataque de ayer, y la muerte de Lucía solo ha ayudado a que no me de miedo morirme, ¿entiendes?

No respondo a eso.

-... Basile... recoje la pistola y el cuchillo... si los quieres son tuyos.

Miro a Berenice.

-... No quiero que te pase nada... pero no puedo obligarte, puede que tampoco sea mi responsabilidad...

¿Por qué le dice a Basile que recoja sus armas?

-Curtis... agradezco tu preocupación, pero sigue habiendo cosas que se te escapan. ¿Por qué le das las armas a Basile? No te lo tomes a mal.-digo mirando a Basile.- Pero tienes algo bastante más efectivo.

- Igual no los quiere llevar encima ahora cuando hable con Antón...

-... No las quiero.

La miro.

-¿Qué más se me escapa?

-Eso es algo entre él y yo... y que es lo que tanto me hace confiar en él. Por una vez confia un poco en mi palabra Curtis. Aunque solo sea por no terminar con el estómago como un colador.-digo en broma. Luego me pongo seria...- No las quieres. Y me lo dice él tio que se mete en más lios después de mi. Por no olvidar que quiere proteger a los suyos. Esas armas son un mal necesario, no puedes despegarte de ellas.

Mientras hablo, no puedo evitar, inconscientemente, abrazar un poco más a Arnold. Le he hechado tanto de menos...

-... Siento que tenga que ser así...

No me importan las armas.

-... Intentaré mantenerte viva si está en mi mano... No puedo hacer nada más.

Empiezo a caminar. Quiero salir de ahi.

Suspiro.

-Está bien, no voy a retenerte más. Pero si me haces el favor de pedir un poco más de sangre... no es por nada, pero si te has dado cuenta le falta medio cuerpo por no mencionar que parece que lo han estado troceando en varias ocasiones. En serio Curtis..., sé lo que te cuesta todo este asunto del Sabbat... gracias. -digo con sinceridad.- Gracias por quitarme ese miedo de encima. Gracias por darme la oportunidad de estar una última noche con la persona que amo. Gracias. Creía que no podías hacer nada por mí. Me equivoqué. Parece que una vez más, estoy en deuda contigo.

Miro a Arnold, preocupada. No ha vuelto a decir nada.

Me detengo unos segundos, y luego continuo. No dejo que vean las lágrimas a punto de salir de mis ojos.

Subo las escaleras...

-¿cómo puedo arreglarlo? -murmuro, sabiendo que nadie me oye.

Salgo del sótano... y me acabo sentando en los primeros escalones de la escalera hacia el piso de arriba.

Arnold sigue en la misma posición. La herida de su cabeza ya no sangra tanto.

Le doy un suave beso en la frente.

-¿Puedes oirme?-No sé... en ese estado me espero cualquier cosa.

No responde.

-¿Arnold?-Le cojo la cara con ambas manos, escrutando su rostro, buscando alguna señal de que sigue vivo.- Arnold, respondeme. Arnold... ¡Arnold!- Esto no me gusta...- ¡Basile, por dios, necesita sangre! ¿no ha pedido Curtis más? Arnold... no me hagas esto, por favor, te lo ruego, no me lo hagas...-No, no, ¡no!

- ¿Qué quieres... de mi?...

Cuando veo a un ghoul pasar, me acuerdo de la botella, y se lo digo, que le acerquen un poco de sangre ahi abajo.

Entonces subo las escaleras... quiero ir a mi dormitorio.

-¿Tú qué crees...?-digo, con las lágrimas a punto de desbordarse de mis ojos. Le abrazo con fuerza.-¡Sigo queriendo lo mismo de siempre idiota! No ha cambiado nada...-sollozo.- Perdóname, Arnold, no quería, no quería... me encontré entre la espada y la pared y... y... tuve que decidir... lo siento, lo siento tanto....

Arnold no contesta.

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El ghoul vuelve del salón.

- Lo siento, señor, el amo no permite llevar más sangre al prisionero.

...

-Díselo a Berenice... está abajo con él.

Voy a mi habitación... necesito algo de tranquilidad.

Un ghoul se acerca.

- Lo siento, señorita, pero el amo no permite dar mas sangre al prisionero.

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Emile espera, inquieta, en el cuarto.

- ¿Todo bien?

... No quiero que se preocupe...

-Sí... bien, todo bien -digo, sonriendo un poco.