Opciones... (2/1/10)

Despierto, otra noche más... Tengo que ver cómo arreglar esto.

Miro si Emile está a mi lado. Cuando me doy cuenta de que sí, sonrio un poco.

-... Buenas noches.

- buenas noches, mi vida...

Miro a quién ha dicho eso, con una voz tan familiar... No, no puede ser... ¡Soy yo! Mi yo vampiro, pintando... deleitandose con el escenario... retratándolo...

-¡NO! ¡NO, ESO NUNCA! ¡MATADME, MATADME DE UNA VEZ, ESO NUNCA!

Alguien se abre paso entre la multitud, y me agarra aplástandome contra el suelo. Me clava una navaja justo entre el cúbito y el radio. Grito.

-¿Matarte? No.. eso nunca, niñata, eso nunca...- es él, mi perseguidor.

Acto seguido todos me torturan. Me disparan, me rajan... y al final... al final el monstruo....

-¡MATADME! ¡MATADME YA, MATADME!

-Esto no sería mucho más sencillo...-dice mi otro yo, susurrante, sensual, tentadora-¿si me dejaras a mi? No dolería... es más, sería tan agradable...

-¡NO! ¡NO! ¡MATADME, MATADME, MATADME!

Y así sigo... hasta que en un punto mi respiración y mi corazón se paran

El miembro 'Berenice' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'd10' : 5, 5, 3, 6, 8

Le doy un beso, dándole las buenas noches, y entonces me levanto.

-... Hora de levantarse... Voy a la ducha.

Hay que prepararse para lo que sea.

Cuando creo que todo ha acabado... creo que he muerto... No hay latido. No hay respiración. He muerto. Dejo que mi mente poco a poco desconecte todo aquello que pueda hacerme algún daño... dejando todo en blanco... sin sentir nada... mis ojos permanecen cerrados, en lo que por fin, parece un momento de paz.

Ella te deja ir, con un beso.

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Basile te zarandea un poco, tratando de despertarte.

Me ducho, no rápido pero con ardiles. A los pocos minutos termino de asearme y empiezo a vestirme.

Algo pasa por mi cabeza en ese momento.

-... Espero que mis chicos esten bien... ayer les dí la noche libre. Tendrán que estar al venir si no vinieron ayer.

Al principio me resisto a salir de ese estado de semiinconsciencia voluntario, pero ese zarandeo... es raro... si estoy muerta ¿Qué...? Abro los ojos. De repente veo a un tio enorme que me está zarandeando... qué... No... n-no irán a ... no... ¡NO! Pego un brinco y retrocedo, hasta darme un golpe en la espalda contra la pared. Tiemblo de arriba abajo, asustada....

-Basta ya... por favor, basta... Matadme ya o dejadme, pero ya basta....-Digo, con los ojos al borde de las lágrimas.

- Estás ida, Berenice... Soy Basile ¿recuerdas? Soy un amigo, no voy a hacerte daño.

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- Pregunta a ver.

Berenice... recuerdo a la mujer que pintaba... disfrutando...

-No.-niego con la cabeza, tapandome la cara con las manos.- No puedo ser esa, no puedo... no, ella es un monstruo ¡NO!

Una vez termino de vestirme, la miro.

-Voy a mirar.

Salgo del cuarto, y voy al de mis hombres.

Tus chicos están desperezándose.

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- Berenice... no puedes estar escondiéndote todas las noches en tu mente. Eres una buena chica, y tienes que cuidar del niño ¿Recuerdas? Esa eres tú, la que cuida del niño

Esas palabras... son tan amables... ojala fueran ciertas... ¿serán ciertas?

-¿De qué... de qué niño me hablas?

-Buenas noches, marchosas -digo, con cierto tono de humor, aliviado de que estuviesen bien-... ¿Qué tal ayer?

- Está ahí, acurrucado en la cama mirándome como si le fuera a desgañitar - dice señalándole - ¿Lo ves?

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- Casi nos coge el amanecer - dice Jorge.- Si no es por el jefe no cerramos la fiesta y empacamos.

Bueno, al menos no me equivoqué, y Vic fue responsable.

-Entonces no tuve que preocuparme... -digo, sonriendo un poco-... Venga contadme, habladme de la fiesta.

Miro en la dirección que señala. Veo al niño... asustado... ¿Lo estoy protegiendo yo? Si, es cierto... porque... porque...

Una luz, dolorosa se abre paso en mi mente. Abandono mi posición tensa, quedo de rodillas en la cama, con las manos sobre la colcha, mirándola.

-Lucía está muerta, ¿verdad?-susurro. Casi prefiero no oir la respuesta...

- En serio, no quieres saberlo... - dice Vic.

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- Lo siento, Berenice... Sinceramente.

Me quedo en esa posición, en silencio, unos minutos, dejando que el puzzle de mi mente se junte. En las partes más duras, no puedo evitar un ligero temblor o alguna lágrima. Sin embargo, al final, vuelvo a tenerlo todo en orden en mi cabeza. Me incorporo y me llevo las manos a la cara.

-Dios mio Basile, qué vergüenza... esto es una locura, ¿va a ser así por siempre?

Miro a Vic.

-... Sé que voy a arrepentirme -no sé por qué, mi mirada se torna brevemente a Mario, luego vuelve a Vic. Suspiro-... Venga, contadmelo.

- No, yo creo que según vayas consiguiendo salvar a quien quieres, tu mente se irá estabilizando.

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- De bar en bar

- De burdel en burdel, querrás decir - rie Mario.

- Pero nada de rupturas de la Mascarada, jefe, todo en orden. Y sin bajas mortales, claro.

-... No sé por qué no me sorprende -digo, aunque no estoy contrariado. De hecho me hace gracia-... Bueno, os lo habréis pasado bien ¿no?

-No lo sé... no sé si voy a lograrlo.-inspiro y expiro, profundamente, tratando de tranquilizarme- Esto es una locura, y encima sigo con la paranoia de que ese tio me persigue....-Vuelvo a respirar- Basile, por favor, baja a ver como está Arnold... enseguida voy yo... tengo que tranquilizar al niño... Gracias a todo esto no hago más que asustarlo.

- ¡De puta madre!

- Mario...
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Basile asiente y sale. El niño sigue acurrucado en una esquina de la cama.