Nueva vida 3/1/10

Desvio un poco la vista. Hay que hablar de esto...

-También... verás, pequeño,¿recuerdas... lo que te dije sobre que tenías... que parecer adulto?-se nota que es algo que no me gusta demasiado. Si termina deformado...

Dejo que se deleite un poco, y mientras, muerdo en su piel, poniendo fin al ayuno, y dándole un agradable momento a mi humana.

- Necesitaré un espejo...

------------------------------------------------------------------------------------

Ella efectivamente gime de placer con tu mordisco.

Retiro mi dedo de su boca, y acaricio su cuerpo, mientras sigo bebiendo un poco más. Cuando ya es suficiente, separo mis labios de su piel cuando ya la he curado, y la miro.

-Buenas noches.

-Bueno...-le señalo el espejo en el que, una vez, se reflejo Ronald...- aquí tienes uno. En el baño hay otro y...-rebusco un momento entre mis cosas.- Aquí tienes otro más pequeño, si lo necesitas. También puedo hacer dibujos que te sirvan de guía, si lo necesitas...-miro discretamente un reloj. ¿Me dará tiempo que el niño haga el cambio... o debería ir ya hacia el Eliseo? No sé ni que hora es...

- Desde luego... - responde, acalorada.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

- Quizás unos dibujos me ayudarían...

No quiero hacer esto de manera apresurada...

-Mira pequeño, hagamos una cosa. No quiero hacer esto deprisa y corriendo, es algo importante y delicado, así que mejor zanjo lo que tengo que hacer esta noche y nos ponemos a ello, ¿te parece bien?

- Vale...

Será lo mejor, ya pasan de las 11.

Uff... Me voy a un cajon y saco algunas hojas y lápices... Los coloco encima de la mesa.

-Aquí tienes... para que no te aburras tanto, ¿vale? Vas a perdonarme... pero tengo que irme ya.-De vuelta a los tacones, cojo el bolso, me aseguro de llevar todo, móvil, una libreta,... y demás enseres.- Animo.-digo sonriendole.- Lo estás haciendo bien.

Observo su reacción antes de salir por la puerta.

Sonrio, al verla así. Le doy un corto beso en los labios.

-Bueno, es hora de levantarse -digo, incorporándome despacio.

El niño mira los papeles, como si no recordase bien qué hacer con ellos, luego se acerca, coge un lapiz y comienza a dibujar.

------------------------------------------------------------------------------------------------------

- ¿No te quedas.. un ratito?...

Sonrio.

-No Emile, no puedo ponerme a retozar ahora en la cama.

La miro, después de desperezarme.

-Voy a la ducha... ¿vienes?

Cierro la puerta. Me quedo un momento así, con la puerta cerrada, y la mano sobre el pomo. Al separar la mano... se me crispa. Un niño... un niño que no sabe que hacer con un trozo de papel y un lápiz. Siento odio hacia Petra... pero por lo que le ha hecho. Los niños no deberían nunca, NUNCA, tener algo que ver con algo tan sumamente sangriento. En la niñez es cuando uno tiene la oportunidad de ser inocente, de poder jugar a juegos inocentes, sin preocuparse de dolor ajeno, sin verse en vuelto en nada de eso... Lo sé perfectamente, porque yo no tuve nada parecido.
Cuando se me pasa este repentino ataque de ira, que queda ahogado una vez más con el dolor que parece no abandonarme, busco a Basile o a Curtis. Procuro no pasar por el salón... no quiero que Antón me arranque la nuez. Aunque... tal vez así doliera menos... sacudo la cabeza. Necesito centrarme en algo... he decidido seguir adelante pero... como me distraiga un momento...

Das con Basile.

- Vaya, hermana, estás muy guapa.

-------------------------------------------------------------------------

Ella prácticamente salta de la cama en pos tuya.

Me lo quedo mirando un momento.. No solo me salva en la realidad, también en las pesadillas, ¿Cómo...? Desvio la mirada, un poco cortada cuando me doy cuenta de que lo estaba mirando muy fijamente.

-Sí, bueno... tengo que ir al Elíseo con Arnold... y presentarme ante el Príncipe...-digo de forma un poco atropellada. Joder... Me quita ese bicho de encima... ¿y ahora me pongo nerviosa? Joder...

- Ufff.... Buena suerte...

-Sí... bueno...-digo, recuperando la compostura.- Lo que no sé es como llevarlo sin que nadie vea en el asiento a un tio desmenbrado en un coche conducido por una chica que va de gala... Hay que proteger la mascarada, y Arnold tiene el símbolo de la camarilla grabado en la frente.

Una vez en el baño, cuando entramos en la ducha, nos dejamos llevar bajo el chorro de la misma al cerrar la puerta corredera. El placer y la sangre de ambos se cuelan por el desague disueltos por el agua, mientras nos entregamos el uno a otro mientras hacemos el amor.

Una vez terminamos, salimos de la ducha, sin pruebas físicas de lo ocurrido, salvo el reciente desahogo y bienestar de cada uno.

-Ten cuidado, no vayas a volverte adicta -digo, besándola una última vez.

- Tarde... - responde ella, sonriendo.

-------------------------------------------------------------

- llévale en el maletero... y no te disculpes por ello

Me llevo una mano a la frente.

-Si es que es obvio... me falta un poco de mala idea.

La pellizco en el culo, sonriendo.

-Venga, vístete -digo, sonriendo también.

Termino de vestirme con uno de esos trajes que me regaló Antón. Cuando me abotono las muñecas de la camisa y me pongo la chaqueta, la miro.

-¿Qué tal estoy?

Pregunto más por saberlo, ya que no tengo espejo útil.

- No te preocupes, irás cogiendo práctica.

----------------------------------------------------------------

- Estás para volver a meterte en la ducha y...

-Ya...-digo como si no me hiciera especial ilusión cogerle el truco a esto...- Por cierto... ¿Has visto a Curtis?

- Me imagino qu estará con Emile ¿Le necesitas?

Me acerco despacio a ella. La acaricio en la megilla.

-Emile... me encanta estar contigo, pero recuerda que cualquier exceso es perjudicial. Además, tenemos que guardar un poco las apariencias, y desde luego, ocuparnos de nuestras obligaciones.