Nueva vida 3/1/10

-En el momento, no. Sin embargo, golpear a otros es golpearse a si mismo. Una parte de nosotros, muy importante, muere cuando hacemos daño a alguien, aunque no nos demos cuenta. Si tratamos de enmendarnos, si nos arrepentimos y solo herimos cuando es exclusivamente necesario, para protegernos y para proteger a los que amamos, puede que consigamos mantener esa parte viva. Además, repito: en el momento no te dolía. Pero todos tus actos te llevaron al garrazo de Basile, y a la perdida de tus seres queridos. El mundo es un círculo, y nuestras vidas y no-vidas, son una cadena. Nosotros formamos los eslabones de la nuestra, e intervenimos en la de los demás. Si valoramos y respetamos las otras cadenas, tendremos más posibilidades de que nos devuelvan ese respeto. Si nos dedicamos a destruir o dañar otras cadenas, la nuestra se hará más recia, pesada y asfixiante. Entonces, cuando el mundo gire, esa cadena nos golpeará, y recibiremos lo que nos hayamos ganado al hacerla. Si los eslabones están hechos de respeto y aprecio, es lo que ganaremos. Si están hechos de dolor y sufrimiento, eso también se nos devolverá. Tal vez al principio parezca que es mejor hacer daño: es más fácil, y requiere mucho esfuerzo traer felicidad a otras personas, y a veces, es una empresa algo desagradecida. Sin embargo, cuando el mundo gire y se haga un recuento de los eslabones, se nos devolverá el daño hecho. Y cuando se nos devuelve la felicidad... tal vez sean pequeñas cosas, pero las hemos cuidado, tratado con tanto cariño, y puesto tanto esfuerzo en ellas, que lo más pequeño se hace lo más grande, y entonces esa alegría y felicidad se terminan quedando en nosotros, y el pensamiento de saber que estas haciendo algo bueno, estás haciendo lo correcto, te da una gran fuerza para ti y para los tuyos.

>> Lo que damos, más tarde o más temprano, nos es devuelto.

- ¿Hay que rendir cuentas a alguien mas?

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El niño no responde, puede estar rumienda tus palabras, o puede que le hayas abrumado.

Espero un poco para que piense, si es eso lo que hace. Después añado.

-Si eso es muy complicado de asimilar... te lo resumiré. Nos ganamos lo que hacemos, y nuestros actos terminan volviendo, tanto para bien como para mal.

-Al principe -le explico, pero esta vez estoy más confiado-... Mañana iré a hablar con él del bar. Si acepta, no habrá ningún problema.

La miro, sonriendo.

-Animate, de momento es un sí.

- Sigo queriendo ver a Arnold.

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- Uff... eso del príncipe... suena muy mal...

-Lo que te estoy diciendo no tiene que ver con que quieras ir a verlo o no, vayas a ir o no. Tiene que ver con tu salvación... y con la de Arnold. Por eso me estoy tomando el esfuerzo de decirte todo esto... y, bueno, ha surgido la conversación así y en este momento.

Le quito importancia.

-Sólo será una audiencia. Cuando vuelva, te daré la noticia, que espero sea sí.

La acaricio un poco en el cuello.

-Tranquila Emile, no pasará nada malo.

El niño permanece en silecio. Quizás todo esto supera su mente infantil.

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- Espero que no pase nada...

Me levanto de la cama. Me quedo un momento mirando al espejo, pensando.

-... Que te puedas salvar o no, ahora depende de ti. Hice que mi cadena interviniera con la tuya... cuando otros nos salvan, podemos dar esa oportunidad de salvación a otros, pero es una oportunidad que tu decides aceptar o no.

Me quedo un momento en silencio, para que asimile mis palabras. Después me doy la vuelta y le tiendo la mano.

-Me lo estás poniendo muy difícil. Sé que en el fondo no confias en mi, y me duele que no hayas sido capaz ni de decirme tu nombre. Sin embargo, has estado escuchando. De alguna manera, y aunque haya que pulir tus modales, has debido comportarte un minimo si estas entero. Arnold no es el mismo que conocías. Sin embargo, cumplo mi palabra. Solo espero que cumplas tu la tuya.

-Yo también lo espero.

Paso mis manos rodeando su cintura.

-¿Es que te preocupas por mí?

- Elliot. Me llamo Elliot - dice cogiendo tu mano.

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- ¿Como no? Yo te amo.

Le miro, algo sorprendida cuando me dice su nombre. No puedo evitar sonreir.

-Vamos, Elliot. Tal vez tu presencia logre que Arnold mejore.

le llevo al sótano. De paso puede que sirva para enseñarle...

-No tienes de qué preocuparte -le digo, con cariño.

Algo como ese bar... es lo que necesitamos los dos, y si lo consiguieramos, arreglaríamos muchas cosas.

-Bueno, creo que es hora de practicar un poco.

//pa no repetirnos mucho, acabo yo aquí y sigo al dia siguiente, a menos que ocurra algo ^^

En el sótano, Arnold está acurrucado en un rincón. Al oír pasos se arrodilla, encorvado, y espera órdenes.

...

-Elliot... este es el precio que ha tenido que pagar por... "divertirse" tanto...

- Alguien se ha divertido con él. ¿También pagará?

-Lo más probable es que ya lo haya pagado...-alguien que es tan bueno torturando... su Bestia debe estar carcajeandose de él.- El precio no siempre es el mismo. Perder a un ser querido. Sufrir. Perder una parte de ti. No ser capaz de amar... ni por lo tanto, que alguien te ame. El tiempo coloca a cada uno en su lugar. Y si algo tenemos nosotros, es tiempo. Aún así, será mejor que no vayas mencionando esto en todos sitios. No todos lo comprenden, y podrían enfadarse. Lo importante es que tú lo entiendas.

- No va a hablar conmigo, ¿verdad?

Me acerco a la jaula, con el niño.

-Arnold, habla con Elliot.

Arnold se gira un poco hacia el niño, aunque no dice nada.

- Bueno... ¿cómo estás?

- Entero - responde.

- ... ¿Te han hecho daño?

- Sí.

El niño te mira, desolado, más que por sus respuestas por su actitud.

Le miro, con ojos tristes.

-¿Ves ahora por qué te digo que es importante no hacer daño a los demás?

- ... Vuelve a hacerle... normal... - pide.

Cierro los ojos un momento.

-No es tan sencillo. Por suerte, al seguir vivo, tiene una oportunidad, sin embargo este estado le protege, de la misma manera que a ti te protege el que nadie sepa que estas aquí, y te protegerá que parezcas adulto.

Abro los ojos y miro a Arnold

-Arnold, dile lo que pasaría si volvieses a ser el de antes en estas circunstancias.

- Sufriría el castigo que mi amo impusiese, probablemente la muerte. - habla sin mostrar emocion alguna.

Miro a Elliot.

-El precio por sacarlo de allí fue alto. Ten en cuenta que atacó y mató a muchos de los nuestros, es algo imposible que lo sacara de rositas. Nadie permitiría que un asesino estuviera suelto para acabar con aquellos que amamos... o con nosotros mismos. Sin embargo, sigue vivo. No ha muerto quemado como es lo normal en estos casos.