Noche importante (6/1/10)

- Bueno... espero que esté mejor pronto - dice sirviéndose una copa -. Dime, ¿qué necesitabas?

-Era por el asunto del niño. Creo que ya está preparado para hablar con usted. Pero antes... Hay otra cosa que me tiene preocupada. Mañana me voy con el Príncipe y no me fio de que a Pompignam no se le ocurra pasarse por aquí y hacerle un recordatorio a Arnold, o tal vez que venga alguno de sus siervos... no sé. Todo depende de lo convencido que esté de que el Príncipe me haga cambiar de idea.

- .. No podría hacer nada si vieniese...

-Lo sé. Además sé que tampoco puedo pedirle eso. Sin embargo hay más gente en esta casa que no debe ver Pompignam, y por eso es mejor que no le coja por sorpresa. Sin embargo... ¿Aún tiene mi número de móvil? ¿Podría darme un toque, usted o Curtis si sucediera? Y a ser posible, lo antes que pudiera. Por favor.

- Por supuesto, dejaré aviso, si le avistan a la entrada recibirá una llamada.

-Se lo agradezco de todo corazón, señor. Entonces, si espera un momento, bajaré a Elliot.

Asiente, considerado, sentándose en su sillón.

Dejo la copa, ya vacía que me había estado bebiendo en la espera y subo a la habitación.

Elliot ya se ha trajeado, y se mira al espejo.

Me acerco y le pongo una mano en el hombro, mirando su reflejo en el espejo.

-Todo un hombre. ¿Preparado?-digo con una sonrisa.

Él hace un asentimiento corto y firme.

-Bien. Recuerda, habla con educación y respeto, no alces la voz, y fuera de aqui tendrás que llamarme señora. Sé que puedes hacerlo. Vamos.

Elliot baja contigo, caminando derecho, y entra en el salón después de ti. Luego hace una inclinación, no le sale perfecta pero sí aceptable.

- Buenas noches, Elliot - saluda Antón.

- Buenas noches, señor.

- Se te ve muy cambiado.

- Como ordenaron, señor - es obvio que esta interpretando un papel, pero no lo hace mal

Bueno, es la primera vez que hace algo de esto. Tendrá que practicar más, pero al menos empezamos con buen pie.

- Tomad asiento.

Elliot se sienta.

Me siento yo también. Venga, sé que esto puede salir.

Se queda mirándole fijamente durante un rato, luego se vuelve hacia ti.

- No parece llevarlo mal - te comenta.

-Ya le dije que estaba aguantando bien, pese a las circunstancias.

- A pesar de todo, no creo que esté preparado aún para una presentación pública... ¿Cómo lleva lo de los padres?

-No quiere hablar de ellos, pero ya sabe que no debe responder como lo hizo.

- Así es, señor - añade Elliot.

- Procura no responder si no te hablan ¿De acuerdo? - el tono de Antón es tranquilo, no amigable, pero tampoco agresivo.

El niño asiente, aunque parece fastidiado.

-Aún le quedan cosas por aprender, pero va por buen camino. Elliot-le miro.- no solo debes escuchar y obedecer al señor Antón por ser el señor de la casa. De todos los que vivimos en esta casa, él es el que mejor sabe cómo están las cosas. Harás bien en prestarle atención y tomar en cuenta lo que te diga.

- Sí, señora - responde con la boca chica.

- Su comportamiento aún no es como el de un adulto normal. Claro que podría hacerse pasar por un Malkavian...

-No me parece mala idea, pero...¿qué posición tienen los malkavians en París?-Recuerdo bien las palabras de Basile. Todo importa:clan, abrazo, posición política... No podemos tomarnos eso a la ligera. Además, cuando mi padre me habló de ellos... simplemente los locos y que tuviera mucho cuidado con ellos. No sé que pensar.

- No están muy bien vistos, la verdad es que estuvieron prohibidos y fueron perseguidos hasta no hace mucho.