Momentos de fe (8/01/10)

Despierto de nuevo...

Emile está a tu lado, dormida, la fiesta de anoche fue a lo grande. Todo tranquilo, aunque no recuerdas haber oído llegar anoche a Berenice, pero tampoco estabas muy atento.

Me aproximo a ella, uno de mis brazos la rodea, y empiezo a besarla ligeramente por su piel, para despertarla.

Ella remolonea en la cama, con un leve quejido. Necesita descanso.

Sonrio... tal vez lo mejor sea que descanse...

Solo espero volver a estar con ella.

Me levanto y me visto, con cuidado de no hacer ruido. Y en silencio, bajo.

Antón no está en el salón.

Busco a uno de los ghouls y le pregunto.

-Oye, ¿sabes donde está el señor de la casa?

- Con Claire, señor.

Claro...

-Gracias...

Subo las escaleras, y me detengo en el marco de la puerta, a punto de tocarla... pero no lo hago. En vez de eso, apoyo la espalda en la pared al lado de la puerta.

Espero a Antón.

*Dios... echame un cable...*

Oyes que está hablando, aunque Claire no le responde. No llegas a entender lo que dice.

Quiero verla... pero no quiero interrumpir nada.

Espero un poco más. Cuando haya algo de silencio, toco la puerta.

Al minuto llamas, y Antón te hace pasar.

Ella está en la cama, con el gato, y el sentado a su lado.

Paso al interior, y los veo a los dos.

-... Hace días que no veo a Claire... Me preguntaba si estaba bien.

Miro a Antón.

-... Buenas noches padre.

- Buenas noches... está... como siempre - susupira.

-Necesita tiempo...

Me acerco, a ver su estado.

-... Hola Claire... me alegro de volver a verte...

Entonces suena un móvil, y Antón saca el suyo y lo mira.

- ... Es... Berenice... dice que... el Príncipe... lo sabe... vienen... para acá... los dos

Siento como mi sangre se hiela y mi corazón se encoje... cierro los ojos.

-... Es en los momentos más oscuros... cuando debemos tener fe...

Los abro. Entonces me levanto. La bestia se acerca, amenazando con su boca abierta llena de dientes.

-El príncipe no debe entrar en esta habitación.

- Eso es cierto... preparémoslo todo para su visita - se levanta también.

Tenemos que ser cuidadosos... Piensa en los posibles problemas... piensa.

-Será mejor que mis hombres se vayan al refugio... Me aseguraré de que Emile se quede durmiendo en su habitación.

Antón podrá ocuparse de Claire... Pero está lo más importante.

-Arnold está seguro en el sótano... pero el niño...

Dios...

-¿Deberíamos prepararlo?

- No sabemos qué sabe y qué no.

...

-... Y puede que sea mejor no decir nada... el principe querrá verlo con sus própios ojos si lo sabe, y si le decimos algo al chico, Villón lo sabrá... Y tal vez sea peor.

Esperemos que haya aprendido bien de Berenice.

-Iré a hablar con mis hombres, para que se vayan deprisa.

Salgo, y toco la puerta de los chicos con rapidez. Sin esperar respuesta, entro.

- ¿Qué ocurre, jefe? - preguntan, sorprendidos.

-Chicos, tenéis que volver al refugio, y cuanto antes.

Saco dinero de mi cartera, unos dos cientos dolares.

-Tomad. Volved al piso. Si no recibís una llamada mía para mañana por la noche como muy tarde, tomad el primer medio de transporte que tengáis a mano que salga de París.

- Pero...

- Calla - le dice Vic - A la orden, jefe.

Salen rápidamente.

Veo cómo se van... en fín. No creo que les hagan nada a ellos.

Salgo del dormitorio, y les acompaño a la salida. Dejo que los otros dos se adelanten un poco para que no me oigan, pero detengo a Vic en el marco de la puerta.

-El príncipe Villón viene hacia aquí, y no vendrá con humor, lejos de esta casa estaréis a salvo de momento. Ahora ellos son tu responsabilidad. Si las aguas se calman te llamaré.