Dos por uno 09/01/10

Es buena chica, pero poco comunicativa, me temo. Y la manera en que ha fruncido el ceño... ¿se habrá molestado por algo? A saber... pero creo que no he dicho nada malo, ¿verdad?

Bajo al salón, a buscar a Antón. ¿Habrá logrado algo?

- Para nada... no, no es lo que... pretendo... ¡Está bien! - cuelga bruscamente.

Está sentado en el sofá, con el teléfono en una mesita al lado, y se frota los ojos.

-Bu...buenas noches, señor-digo frotándome ligeramente el brazo.- ¿Alguna noticia?

"Seguro que malas... solo hay que mirarle"

"¿Tú otra vez?"

- No he conseguido demasiados apoyos... pero algo sí, al menos... - responde - ¿Cómo te encuentras tú?

-Pues... no estoy segura. Algo mejor, quiero hacer lo que sea para solucionar esto, pero... -miro las llamas.- ... Bueno... simplemente desearía no caer dormida al amanecer. Y... lo último que dije ayer, antes de salir por la puerta... no estoy demasiado segura de... de donde salió ni como...

"Y que bien dicho fue..."

"No tenías derecho"

"Tengo tanto derecho a hablar como tú a callarte"

- Comprendo... a veces ocurre, que nos sentimos... divididos. A veces es para bien, otras para mal.

"¡JA! Este no se hace bien la idea..."

-¿Y cómo puede ser eso bueno? Si en vez de decirlo aquí, lo hubiese dicho frente al príncipe... Además, no sé como ha pasado. No lo entiendo.

- Cuando Curtis llegó aquí, también me encontré en una dicotomía, y gracias a él pude elegir, y hacer resurgir de mí un caracter que había olvidado. Suelen pasar estas contradicciones, cuando en nuestro entorno surge algo que quiebra nuestra capacidad para aceptar nuestros propios principios. En este caso, imagino, lo de Elliot.

"Piensalo, Berenice... ¿cuando aparecí yo? ¿Fue lo de Elliot?"

-... No... no fue simplemente Elliot... -Frunzo el ceño, aún mirando las llamas.- A decir verdad, mis principios los eregí por pura fuerza de voluntad... y han sido puestos a prueba en muchisimas ocasiones. Sin embargo, desde que estoy en París... no es que hayan sido puestos aprueba, es que los han pisoteado una y otra vez. Si he aguantado hasta ahora, era porque tenía a Lucía a mi lado. Lucía... Lucía significa "luz", ¿sabe?. Ella era mi luz, la que hacia que no me perdiera.-Suspiro.- Lo que hizo rebasar el vaso... no fue que se llevaran así a Elliot. Él era la última gota que aguantaba el vaso, pero no fue la que lo colmó.

- Explícate, si quieres.

-Fue... fue el Príncipe. Su actitud... la manera que tuvo de juzgar a Curtis... Puede que en el pasado Curtis cometiera errores, pero no todos tenemos la suerte de crecer en un hogar, con unos padres. No sabe lo que es crecer en semejante ambiente. No sabe lo que es ser el débil y sobrevivir como se puede. No sabe como es que te arrastre semejante corriente de crueldad. Él piensa que es un despojo por no matarse con algo de honor. Yo pienso que es un valiente por ser capaz de dejarlo todo atrás, por no haberse matado y de esa manera haberse ahorrado el sufrimiento que le provoca el mero hecho de pensar en su pasado. Y pienso que es noble que quiera compensar todo eso. Hay muy pocos con la suficiente fuerza para hacer eso. La mayoría se suicida, incapaz de sobrellevar sus crímenes. La gota que colmó el vaso fue cuando le rompió la mandibula por rogar que no me destruyera. Me estaba defendiendo. Él sabía que yo no me encontraba bien, que no estaba bien desde lo de Lucía. Sabía que no lo soportaría. Abrió la boca sabiendo que se enfrentaba a un titán por mi... y este le golpeó como quién golpea a una mosca molesta. El mismo titán que antes de ayer...-sacudo la cabeza.- No, lo que ha hecho que me divida... ha sido el Príncipe.

Él asiente.

- Comprendo... Lo siento.

Le miro sorprendida.

-¿Por qué lo siente? Si soy yo la que siempre revuelve las cosas...

"Yo creo que no lo siente lo suficiente... Lucía, ¿recuerdas? Además, tu intentas hacer cosas buenas, él simplemente quiso tu obediencia a partir de un tercero. Ya ves tu que bonito"

"Dejalo de una vez, ¿quieres?"

"Deja que piense... no"

- Eres una buena chica, Berenice, lamento que sufras.

-... Ah, pero... ¿se puede ser buena sin sufrir?-digo cansada.- Lo único que espero es... no perderme ahora.-"O tal vez encontrarte, idiota. Que no soy tan mala como me pintas"- Por cierto... ¿Hay alguna noticia del Eliseo?

- Pues no... ¿la esperas? Sólo ha pasado un día desde que se los llevaron

-¿Sólo....?-Por mi mente pasan imágenes de la pesadilla. Cierro los ojos, con dolor.-... pero no, no es por eso. Si hubiera sabido algo ya me lo hubiera dicho. No... lo pregunto porque el Príncipe nos quiere castigar a nosotros también.

"No ha sido bastante, ¿verdad? Veremos como estas dentro de dos noches..."

- Pues no, no ha....

- Señor - irrumpe en la estancia un ghoul - Hay alguien en la puerta, señor, juraría que es... el Príncipe.

Miro al ghoul... y luego miro a Antón, con cara de susto.

"Mira tú que bien... ¿Qué querrá el Principito? Porque que honor que haya tenido el detalle de pasear aquí sus majestuosas posaderas para darnos el castigo..."

"Callate. Por Dios, callate."

Tengo pánico. No puedo ver al príncipe con eso rondándome la cabeza, no puedo.

- Que.. pase... - ordena Antón, mientras se gira y busca rápidamente una botella particular.

"Pero será lameculos..."

"¡Pero que coño dices!"

"La verdad. Un maldito pijo creido que nos castiga por hacer lo correcto por no ser lo que, según el, es su ley, mientras él no cumple con su parte, va a venir y Antón le está buscando una buena botella de sangre... malditos hipocritas..."

"Solo lleva las cosas con inteligencia. Aún podemos perder más de lo que ya hemos perdido, hay que hacer las cosas bien..."

"No. Quieres decir que hay que mentir y ocultar. Ambas estamos hartas de ocultarnos, Berenice... de llevar el disfraz de caniche cuando somos un perro sin pedigree"

"No me dejaré arrastrar por el odio. No voy a escuchar tus consejos. Claire tiene mucha razón. No te voy a escuchar."

Espero, haciendo todo lo que pueda por contener a la otra... porque noto como si me empujase para que la dejara paso...

El Príncipe no tarda en pasar, ignorando momentaneamente el saludo de Antón, buscandote con la mirada.

- Buenas noches, Berenice - luego saluda también a Antón, que le termina de servir la copa y se la ofrece.

"Lo serán para él... como se nota que ha dormido bien"

"Se llama educación. Y tu me has dado el día, así que no digas tanto"

"Eh. Yo estaba ahí para librarte de la pesadilla, pero no me has dejado. Hubiera sido la misma pero sin mi. Y no actué en contra de tus deseos"

"Tampoco hiciste nada"

"No podía hacerlo... si no me dejabas."

-Buenas noches, señor.-saludo con una inclinación.

- Os ruego que me respondais, señor, antes de... castigarnos como hayais decidido... ¿Cömo está Miller?

- Anoche le vi físicamente intacto, aunque consternado, claro - responde el Príncipe, simplemente, antes de beber un trago.

Puedes ver a Antón suspirar de alivio.

¿Y por qué debería estar consternado si está intacto? Tal vez esté asustado... con Pompignam rondando es lo normal. Sólo hay que ver cómo dejó a Arnold. Al menos sigue vivo... ¿Y Elliot? Por Dios, como en el sueño no... pero, y si... ¿y si lo han matado ya?

"Pues lo mismo. Y este aquí tan pichi... total, ¿qué le importa?"

-Señor... si me permite... ¿y el niño?