Dos por uno 09/01/10

- ...Vivo - responde escuetamente -. Aún - añade.

"¿Aún? ¿Cómo que aún? ¡Será cabrón! ¡Y bajo los cuidados de Pompignam! ¡Acuérdate, acuérdate de cómo estaba Arnold! ¡Un poco más y nos lo mandan por fasciculos! ¡Y encima averigua qué tiene planeado para nosotras!"

Lo noto. Quiere salir y cantarle las cuarenta al Príncipe. No puedo dejarla. No puedo permitirlo... pero está... está furiosa.... ¡No puedo consentirlo! ¡Nos matará a todos!

-Y... entonces señor... ¿ya ha decidido nuestro castigo...?-digo con la cabeza gacha.

"¿Vas a quedarte ahí quietecita recibiendo un castigo que no te mereces como una buena chica? ¡No me jodas! ¡Deja de una vez de dejar que te pisoteen! ¡Reacciona de una vez! ¡Dejame salir!"

- He decidido que vuestra... preocupación por ellos será suficiente castigo. Espero que hayais aprendido a no ocultar nada a vuestro Príncipe.

- Gracias, señor, es muy magnánimo... ¿Puedo preguntar... cuánto durará nuestra incertidumbre?

- Depende de Emmanuel.

"Otra vez lo mismo... ¿Y depende de ese psicopata? Si es por él pasarán siglos... ¡cómo se puede dejar en manos de ese desalmado que haya justicia! ¡Incluso si Elliot pasa la prueba, es capaz de decir que no solo para tener algo con lo que divertirse!"

Guardo silencio en la misma posición. No estoy segura de poder contenerme si hablo...

- Pero no he venido aquí sólo por eso... - açade el Príncipe, y te mira - ¿Podría disfrutar de tu compañía una noche más?

"... lo mato. Yo lo mato. Se burla de todo en lo que creemos, pisotea nuestros principios, nos hace perder lo que amamos primero por no querer ver la verdad delante de sus narices y segundo por hacer las cosas con comodidad. Has sufrido mucho en esta pesadilla, ¿verdad? ¿Para qué cojones te evito la pesadilla la otra noche, eh? Mira cómo estás, mirate, mirame a mi. ¡No se merece nuestra compañia lo más mínimo, no se la ha ganado! ¡No me voy a aguantar y poner buena cara porque al principito le apetezca pasar una buena noche!"

Dios mio. No puedo hacerlo. Si voy con él voy a reventar. Pero... puede ser una oportunidad, ¿no? A lo mejor... a lo mejor puedo hacerle entender...

"No va a querer hablar de eso. No quiso la otra noche, ¿recuerdas?"

"Que él se comporte de esa manera no significa que yo no deba hacer lo que pienso que es correcto. Y creo que lo correcto es ir con él"

-Y-yo....

"Pero no quieres ir con él. No lo quieres. Odias a este tipo de personas y lo sabes. No puedes soportarlas."

"Le di una oportunidad a Arnold. Se la di a Elliot. ¿Por qué no a él?

"Él no es como ellos. Lo sabes"

"No, no lo sé. A lo mejor, como ellos, necesita a alguien que le ayude..."

"¡Por Dios! ¿Otra vez con esas? ¡No eres la jodida madre Teresa de calcuta! ¡Mira como estás por esa maldita actitud! ¿No te duele lo suficiente, es eso? ¿Eres masoquista o qué?"

"¡Pero es lo que creo! ¡Es en lo que creo y es por lo que lucho, y este dolor no tendría sentido si no lo sigo haciendo!"

"Por favor, no vayas con él. Por favor."

La súplica me pilla desprevenida. Pero aún así contesto:

-S-sí, señor.

Escucho un quejido de frustración en alguna parte de mi cabeza.

El Príncipe parece complacido. Te ofrece e brazo, para que te cojas.

- Si nos disculpas... - y se dirige a la salida.

Le cojo, algo insegura. Noto como si a la otra le rechinaran los dientes. No miro a antón ni digo nada, solo sigo al principe. Creo que antón puede estar hasta más asustado que yo...

Antón tampoco dice nada, y el Príncipe te guía fuera, y te abre la puerta de la limousina para que entres, antes de que el chooffer haga lo propio con él. Se sienta a tu lado.

Sigo sin decir nada. Me muerdo ligeramente el labio inferior, nerviosa. Creo que aún puedo hacer lo correcto. Pero noto a la otra... y con ella esto se ha vuelto un juego suicida. Esto es más peligroso que estar atrapado en un incendio...

- ¿A dónde te gustaría ir?

"Al rio. Pero para mandarte al fondo de una patada en el..."

"¡CALLATE! ¡CALLATE, POR DIOS, NOS VAS A MATAR A TODOS!"

Me retuerzo las manos, nerviosa. Nos va a matar como siga así... no puedo pensar con claridad, no voy a poder hacer nada...

-P-pues no sé...

- Tal vez... ¿al teatro, a ver una representación? ¿Puede que a bar tranquilo, a tomar una copa? ¿O a disfrutar de una velada en el nuevo SPA privado?

... Demasiada gente en el teatro... no voy a poder ver la representación agusto y después seguro que quiere comentarla cuando no me habré enterado de nada... y en el spa... paso de enseñar más piel de la justa... creo que lo mejor será el bar...

"Plantate en el SPA. Que vea lo que nunca podrá tener..."

"¡Puede cogerlo por la fuerza!"

"Exacto, pero no por voluntad propia..."

-E-el bar me parece buena idea...

Hace un gesto al choffer, que s epone en marcha y cierra la ventana que os separa de él, para daros privacidad.

- Espero que te guste, suelen recitar poemas nuevos y antiguos, o tocar música improvisada en directo.

Eso me recuerda... a cierto bar, a cierto cantante, en San Francisco. No llegué ni a saber su nombre... De todas formas, ¿en serio cree que puedo estar... tan tranquila escuchando música y poemas? Sólo quiero que Curtis y Elliot vuelvan a casa...

-Seguro que está bien, señor.

"Ay que ver con qué ligereza habla... No es consciente, no lo es, del daño que te está haciendo"

El Príncipe te mira, y luego suspira, negando con la cabeza, antes de mirar por la ventanilla, abstraido.

"¿Qué pasa? Le molesta que su cita se encuentre mal por su culpa? Se lo ha ganado..."

-Disculpeme... es que no estoy muy bien...

"Encima pidiendo perdón. Joder... esto va a ser una puta tortura..."

- Sólo quisiera... que apsaramos una velada tranquila... como la otra noche...

-Pero señor... las cosas no son exactamente... como la otra noche... y no es que no lo aprecie... es que... me cuesta...

- Simplemente déjalo a un lado por unas horas... como hago yo.

Agacho la cabeza, triste.

-¿Cómo puedo dejarlo... si dos personas a las que aprecio están...?-no puedo seguir.

- No van a estar peor porque tú te diviertas un poco.

-No...-admito.

"Este lo que quiere es que te relajes para que él pueda hacerlo. No le importa lo más mínimo lo que sientes"

"Callate de una vez..."

El problema no va a ser dejar las cosas de lado. El problema va a ser que no me dejen de lado a mi.

Llegais hasta el bar, estás tan absorta que cuando te das cuenta ya estás sentada a una mesa. Están tocando Jazz. El Príncipe se considera de lo más moderno por escuchar este tipo de música, al parecer.