¿Arreglando las cosas? 18/01/10

-Está bien.-Me dirijo hacia la salida. Entonces me doy cuenta de que Elliot ya se ha despertado.- Buenas noches, Elliot, ¿qué tal has dormido?

Mira brevemente al príncipe, y luego vuelve a mirarte.

- ¿Puedo bajar contigo?

-Mejor no, Elliot. No es buen sitio para ir, la verdad. Pero no te preocupes, aquí no te pasará nada, ¿verdad?-digo mirando a Villón. Sé que le da miedo quedarse a solas con él, pero necesito que haga el esfuerzo.

- ...le pondré una película.

Al oirle decir lo de la pelicula, siento como algo en mi interior se calma un poco. Mi gesto se suaviza un poco.

-..Intentaré volver antes de que termine, y así podamos terminar de verla juntos, ¿te parece?-le doy a Elliot un suave beso en el pelo.

Elliot suspira y lo acepta.

Le revuelvo cariñosamente el pelo. Me acerco de nuevo a Villón y le doy un beso en la mejilla, algo dudosa. Es como si me estuviera dando cuenta de que algo no va bien conmigo... y quisiera pararlo, pero...

"¿Qué va a ir mal conmigo? Tengo que atraparle. Tengo que atraparle como sea, no dejaré que siga molestando a mi familia. No dejaré que sueñe si quiera con hacerles daño."

De nuevo ese sentimiento prende en mi y voy hacia la salida, camino a las celdas. Tengo que ir a verles.

Bajar sola a las celdas te pone los pelo de punta. Primero pasas por las de puerta enrejada, y los presos suplican.

- Señorita, señorita, por favor...

- ... un poco de sangre...

- Me estoy muriendo aquí...

Un coro de lamentos que te persigue según pasas.

De nuevo tengo una dícotomia. Algo en mi quiere ayudarles... y otro algo quiere destrozar a ese sujeto, sin importar a quién se lleve por delante y a quién deje atrás... Sigo adelante, llendo a la zona donde estaban los presos en aislamiento, buscando al carcelero. Para callar mi conciencia, he decidido preguntar a Villón, más tarde, los crímenes de esas personas.

Al fondo ves al carcelero, en la sala de torturas, está apilando... sacos... sacos que sangran.

Por un momento me quedo distraída mirando como cae la sangre... sacudo la cabeza.

-Perdone, ¿puede decirme donde está encerrado un prisionero llamado Arnold?

- Séptima puerta a la derecha - te indica, antes de seguir trabajando.

Voy hacia donde me indica, y trato de abrir la puerta.

Hay unas llaves colgando al lado de la puerta. Con ellas entras. En el medio de la celda, sentado, con la frente apoyada en las rodillas, está Arnold.

Se levanta al mirarte.

- Berenice...

-Arnold...-murmuro. De golpe y plumazo se me va todo el enfado, al perderme en sus ojos negros. Me doy cuenta de todo lo que le he echado de menos y me dan ganas de abrazarle, decirle que todo va a ir bien, que le voy a sacar de este agujero. Que voy a cuidar de él. Pero no puedo "Estoy con Villón. Quiero a Villón y le he elegido a él. No puedo hacerlo. Aunque al menos... si se supone que es mi mascota me gustaría al menos tratarlo como yo quisiera... y no me gusta que esté en este agujero..."- ¿te encuentras bien?-Aparto la mirada, algo turbada.-No, no lo estás... no se puede estar bien aquí abajo.

- No... No

Se sacude un poco la ropa y la recoloca.

- Estoy bien.

Está intentando que me sienta mejor... no puedo seguir haciéndole esto...

-...¿Te alimentan? ¿Has bebido algo de sangre desde que estas aquí?

- Sí... me... me dan casi litro por noche, en dos tandas. Más que suficiente...

Me acerco a él. No puedo evitar retirarle un mechón de la cara.

-No quiero seguir teniéndote aquí... pero para eso hay que capturar a los que nos están persiguiendo. Indirectamente están haciendo daño y molestando a los que quiero. Quisiera acabar con todo esto ya, agarrarlos y...-desvio la vista, con ligero brillo rojizo en ellos.-... pero no sé bien qué hacer. El príncipe se niega a que haga de cebo, y por más que analizo los sucesos no logro sacar nada en claro.-le miro.-¿se te ocurre a ti algo?

- No se te ocurra hacer de cebo - pide -. El Príncipe tiene medios seguros para dar con él.

-¡Pues habrá que pensar en otra cosa! Pero... quiero acabar con esto ya, Arnold. Mi familia, en casa de Antón, no puede hacer vida normal, están con la cosa de que están en el punto de mira de ese tio. Nosotros tenemos que permanecer aquí... y tú... estás aquí encerrado..-sacudo la cabeza.- No me gusta, Arnold, me siento intranquila. Además, es como si estuvieramos aislados... y tengo la sensación de que el peligro está más cerca de lo que creemos, solo que no lo vemos. Sé que el príncipe nos mantiene a salvo, pero estoy inquieta, no puedo evitarlo, y no quiero que ese hombre que cambio radicalmente mi vida en una noche condicione ahora mi no-vida y más importante... la de los mios.

- No hagas nada arriesgado... ¿Quieres que les busque yo?

-No, Arnold. No quiero que les busques. Podrías acabar muerto y no... llamame egoísta si quieres, pero es algo con lo que yo no podría. Necesito que me ayudes a pensar en algo, una estrategia... o tal vez que me digas tus impresiones de todo esto, si se te ocurre donde pueden estar escondidos o quién puede ser la persona que encabeza todo esto. A fin de cuentas... -desvio la mirada.-... tú sabes sobre estar en territorio enemigo y estar escondiendote continuamente...

- bueno... yo buscaría un lugar no muy oculto a la vista, pero poco visitado por los vástagos que conocen a todo el mundo en la ciudad... quizás un hotelucho de les tours.

-Pues mira, no es mala idea... además, tengo entendido que parte de Le tours es territorio anarquista. Lo que me pregunto es.. quién puede estar coordinando a ese sujeto y al assamita. Tengo la sensación de que si averiguamos eso solucionaremos este lio.