Noche Inquieta(20/01/10)

Tarda casi 15 minutos en volver a conseguir algún resultado, aunque esta vez lo mantiene un poco más.

-Muy bien.-sonrio.-Sigue así. ¿Puedes seguir prácticando mientras hago una llamada?

- Claro... - parece seguir concentrándose.

Sonrio. Aunque le resulté aburrido, parece que se lo ha propuesto en serio. Me separo un poco y llamo al príncipe.

El telefono suena unos cuantos tiembres, entonces de pronto se descuelga, con un ruido estruendoso en tu oreja.

La señal no se corta, y oyes algo al otro lado, aunque no puedes oír con claridad, el sonido tiene mucho ruido estático.

- ...upido ap...ato...

¿Pero qué ha hecho? ¿estampar el télefono contra el suelo?

-¿Señor? Soy Berenice... ¿Puede oirme?-digo, preocupada... ¿qué es lo que pasa?

- ...res un idi... ¿Por... ...e has hecho esto, Car...? ... sab-as que nun- lo permi-ria...

- No pu... ...tarlo

...Creo que realmente lo ha estampado contra el suelo.. ¿esa es la voz del señor Antón?

-¿Señor?-digo algo más alto.

Hay un silencio. Luego la señal se corta.

Ahora si que estoy preocupada. ¿Qué narices está pasando? ¿Ya van a ejecutar a Antón? Parece que Villón no contaba con decirme cuando iba a ser. Por muy duro que fuera quería estar allí. Por Antón... y por Villón. ¡Maldición! Vuelvo donde Elliot. Observo como lo lleva.

- ¡Te veo cerca! - grita desde el otro lado del auditorio, sonriendo ajeno al drama.

No puedo evitar que se me escape una sonrisa.

-¡Muy bien, Elliot! ¿Cuánto puedes aguantarlo?

- Aún estoy aguantando... - responde, con cara de concentración.

Asiento. Me acerco a él.

-...Escucha, Elliot. Ha pasado algo... y voy a tener que marcharme un rato.

- ¿Marcharte? - se acerca corriendo a ti - ¿Sin mí?

-Voy al Eliseo. Voy a ver si tengo la posibilidad de ver al señor Antón una última vez. Y puede que sea peliagudo.

- ¡No! Te podrás en peligro, y entonces qué será de mí... te necesito... te quiero... - dice con ojos llorosos.

Le miro... no puedo evitar pensar que prácticamente es lo que le he dicho a Villón... y él, a su manera, se está llendo. No puedo hacerle eso a Elliot cuando me lo pide así. ¿Pero y Antón? No podré darle las gracias... no podré preguntarle si desea que haga algo con lo que es suyo... o tal vez alguna manera de ayudar a Curtis... Y Villón.... es curioso, tengo la sensación de que es ahora cuando necesita un apoyo... y quiero ayudar, pero no puedo arriesgarme a que decida volver a llevarse a Elliot... ni a que me pase nada que repercuta en mi y él se quede solo... No sé como salir de esta encrucijada. Y Arnold y pitbull aún están encerrados. A mi también me gustaría poder apoyarme en alguien...

-Elliot...-digo secando sus lágrimas, sin saber bien qué decir. A fin de cuentas, conozco su desesperación muy bien...

Te abraza de pronto, efusivamente, con fuerza.

- No me abandones - suplica - Seré bueno, me portaré bien, no me abandones...

-Tranquilo... tu ya te estás portando bien.-Le abrazo con suavidad.-Me quedaré... pero Elliot... yo no pensaba abandonarte...

Te abraaza más fuerte.

Le mantengo así un rato, preguntándome si lo estaré haciendo bien, si no le estaré mimando demasiado o sobreprotegiéndolo.... ¿pero qué otra cosa puedo hacer, al menos de momento? Soy lo único que le queda. Y él es un niño Tzimisce en territorio camarilla... en conocimiento del príncipe y peor aún... de Pompignam. Supongo que en su posición yo me aferraría también a lo que me quedara.

-Perdóname, Elliot.-murmuro.-Perdóname por no saber hacerlo mejor.

- Sé que vendrá a por mí... dijo que vendría a por mí... - dice, temeroso.

-¿Pompignam?-digo mientras le acaricio el pelo con ternura, tratando de darle algo de seguridad. Y la verdad, la pregunta es hasta obvia, ¿quién más va a ser?

Se estremece.

- Sí...