De Regreso. [16/11/09 - 23:00 Hrs.]

La llave entra fácilmente reconociendo la cerradura y el pomo de la puerta gira, abriendo la puerta.
-De nuevo en casa.
Suspiro para mi mismo. Edmond había mantenido el lugar habitable todo el tiempo que nos habíamos mantenido fuera, pero ahora Camille no estaba conmigo. Cerré la puerta luego de entrar, caminando por la sala hasta caer sentado.
Debía esperar, Edmond había prometido enviar a alguien que me daría indicaciones para moverme nuevamente en la ciudad, conocía las formas... pero le había comentado de mi nuevo estado y no me sentía demasiado cómodo para portar en estos momentos la mascara ante la hipócrita sociedad de cadáveres de París.

Cuando a penas te has sentado suena el timbre de la puerta.

Me mantengo quieto un momento.
Luego abro mis sentidos sobrenaturales preparándome para cualquier cosa, caminando lentamente hacia la puerta.
-¿Quién es?
Pregunto pegado a la pared.

- Ehm... Hola... - saludan al otro lado - me... me envía el señor Edmond Devois.

Su voz titubea.

//FdI: Auspex 1 Activado//

Algo no me agrada en su voz. Es mejor estar seguro.

El miembro 'Erick Jones' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'd10' : 1, 7, 8

Te das cuenta de que está dudando... pero no parece mentir, simplemente está poco seguro de sí mismo en esos momentos.

Abro la puerta, cubriéndome con ella.
-Pasa... rápido.
Observando hacia fuera.

El hombre pasa rápidamente, un poco desconcertado por tu paranoia.

- Me envía el señor Devois - repite - ¿Es usted Erick Jones?

-Si lo soy...
Veo su rostro y suspiro, debo calmarme. Demasiado tiempo alejado de la sociedad no me beneficia, continuando actuando asi.
-Tome asiento por favor... y disculpe.
Sentándome frente a él, intentando relajarme.

- Gracias... - se sienta - Me han enviado para servirle.

-Pues... creo que lo primero es ir a presentarme de nuevo al Louvre.
Digo pensativo, después de eso. Comenzaré a buscar.
-¿Crees que estoy bien vestido o debo buscar algo más elegante?
Odiaba esta parte de la eternidad, las presentaciones.

- Creo que... ehm... - no parece saber cómo decirlo - Creo que son muy exigentes, señor.

-Estuve en Tailandia, esto fue lo mejor que conseguí allá.
Sonrió un poco, mi nueva madre ya me habría regañado de solo verme. Pero este pensamiento hizo que una mueca se marcará en mi rostro, recordarla era como tener una herida de fuego en el pecho, aún abierta que me ardía constantemente.

Sonrió, Edmond siempre lograba estar un paso antes que las situaciones. Admiraba eso de aquel vampiro, pero de nuevo pensar en este amigo, me recordaba a Camille. Una nueva mueca de dolor mientras comienzo a subir las escaleras.
-Esta en su casa... ¿Señor...?
Pregunto.

- Oh, soy Arnold, señor... sólo Arnorld - dice sonriendo, de esa forma insegura que, empiezas a sospechar, es algo habitual en él.

Escucho el nombre de aquel extraño personaje hasta llegar a mi habitación. Abro la puerta con miedo, lentamente.
Luego observo dentro... todo esta como lo deje. Eso hace que mi pecho arda de nuevo un poco, malditos recuerdos.
Camino hasta sentarme en la cama, con las manos ocultando mi rostro.
-¿Por qué...
Digo en un susurro, hasta que comienzo a calmarme, ahora no es el momento.
Abro el mueble de la ropa y selecciono un elegante traje negro, me lo pongo lo mejor que puedo y unos minutos más tarde me encuentro bajando por la escalera hacia la sala.

- Muy elegante, señor - dice Arnold, levantándose al oirte bajar las escaleras - En cuanto gute le acompañaré hasta alli.

-Mientras más rápido mejor... Así puedo estar antes en casa dejando el fastidio del Louvre.
El tono es algo molesto, pero no deja de mantenerse tranquilo ante su invitado.
-Vamos...
Caminando hasta la puerta y abriéndola.