De regreso (8/12/09)

- Tranquilo, chiquillo... cuando lleves la cabeza de alguno de esos Tzimisce al Príncipe estoy seguro de que te sentirás más seguro de ti mismo... Ahora haz lo que te digo, y sal en su busca. Encuentra a uno y siguelo, se agrupan para intentar defenderse; ten cuidado, su miedo puede resultar un peligro para ti. Rondaran entre la zona anarquista y la camarilla, tratando de pasar por unos u otros según les convenga.

-... Me preocupan más las sorpresas de camino que ellos mismos... pero tienes razón en lo de ser precabido. Si tengo que rondar ahora zonas anarquistas, puede que Alan o los suyos sean un problema.

*Todo vástago puede ser un problema querrás decir, Jackie*

Suspiro. Desde luego, parecía un buen comienzo, aunque eso no lo hacía fácil.

-... Necesitaría un mapa, conocer los territorios de la ciudad para no cagarla más que de costumbre.

- Te haré uno... - dice sacando su pluma, Emile le acerca un papel.

Su precision al dibujar es magnífica, pone lugares conocidos y puntos fronterizos para que te situes con facilidad, luego apunta los nombres de los burgomaestres (a los que en principio debes apelar si alguien te molesta) de cada lugar.

- Si tienes problemas, menciona el nombre correcto; los desheredados no los conocen y los anarquistas no se molestan en aprenderlos, simplemente eso puede librarte de un buen problema.

Miro el mapa. Desde luego, tiene habilidad para dibujar.

Doy un pequeño silbido de asombro, acabado en una sonrisa.

-Una noche tienes que enseñarme alguno de esos trucos... -miro el mapa con detenimiento. Cuando leo el nombre de Pompignan, por mi cabeza pasan como si fuesen flases los recuerdos del encuentro con él y la chavola ardiendo... La sonrisa se me quita de la cara, transformándose en una leve mueca de desprecio.

-... Tendré que tener cuidado con los territorios menores y las zonas de caza... ¿Hay alguna zona considerada Eliseo aparte del Louvre y los jardines?

- Que sea respetada no... intenta dejar la violencia para otro momento, y solo defiendete en caso de necesidad, así evitarás que se te acuse de provocar los conflictos. ¿Entendido? Y recuerda que tienes mi apoyo, si pasa algo, lo que fuera, te digan lo que te digan ¿me escuchas? No importa lo que digan, llámame. ¿Comprendido? Es una orden, chiquillo - dice con suavidad pero con seriedad.

Asiento. No hace falta discutir eso.

-Empezaré la próxima noche... Por hoy ya he tenido mi pequeña dosis de riesgo.

Sonrio. Creo que por ahora el tema está zanjado.

-Cambiando de tema... me gustaría saber, aprender ciertas cosas. Métodos, procedimientos... ya me entiendes.

- ... ¿Métodos? ¿Métodos para qué?

-... Por ejemplo... hace días que lo pienso. Un ejemplo sería tu fuente de alimentación. Tienes una nevera bastante repleta y de sangre de calidad. Oí rumores en Londres de que algunos tienen acciones y suministros de bancos de sangre gracias a sus recursos económicos...

Espero que conozca algún método así.

-No puedo estar alimentándome constantemente de Emile... puede acabar enferma... y tampoco puedo vaciar tu despensa.

- Ahg, sangre de hospital - comenta, con una mueca de asco -. Ese anticoagulante que le echan la hace simplemente intragable... Ningun chiquillo mío se alimentará de esa porquería. Ahora, si lo quieres para tus futuras marionetas, puedo darte un número y un nombre, de quien puede conseguirles las que quieran... o las que tú quieras darles.

No estoy muy de acuerdo con lo de "Marionetas", pero que conozca el medio y pueda proporcionarmelo es bueno.

-Me ayudaría bastante, la verdad. Siempre pueden ser útiles en un momento de necesidad.

Escribe los datos en el reverso del mapa.

- ¿Algo más?

- Los edificios del mapa marcados con mi inicial son míos o al menos parte de ellos, son refugios - dice señalandote los siete lugares -. Antes también tenía mis almacenes pero... ya no.

... Recuerdo por qué no tiene sus almacenes.

-Se recuperará... si puedo ayudar en eso lo haré.

Mejor será cambiar de tema.

-En fín... tratemos de hablar de cosas fuera del... trabajo. ¿Cómo están las cosas en casa?

- ... solitarias, a parte de la compañía de Basile, y por tanto, aburridas.

Entiendo...

-Dependiendo de como acabe la excursión de mañana... veré si puedo hacerte una visita... -por un momento me quedo callado-... Ojala tuviera aquí algo para darte de beber pero todavía no tengo nada... ¿Puedo hacer algo por tí?

Él sonríe un poco, con cariño.

- No, chiquillo, estoy bien... solo es que... me cuesta tener que privarme a mi mismo del capricho de tenerte cerca, cuando he pasado medio siglo esperando volver a... - se interrumpe - No importa, no hagas caso a las viejas palabras de alguien tan hastiado. Te dejaré con Emile, para que podáis disfrutar del resto de la noche... y mandaré a alguien por la mañana que te deje vitae, siempre puedes salir a cazar, si te apetece más - dice recogiendo su abrigo.

Me levanto.

-... No sé como agradecer este gesto -digo, con media sonrisa.

Por una vez estoy viendo un cambio significativo en Antón. Le ofrezco la mano.

-Cuidate, padre... y dale saludos a Basile y a los ghouls de mi parte.

Te da la mano.

- Todos tienen ganas de verte por allí... les diré que mañana te acercaras... no les falles - responde, medio bromeando.

-No iré para visitarles solo a ellos -le digo, acompañándole a la salida. Una vez sale, me despido con educación.

Antón se despide igualmente y se marcha.

Emile te coge por la espalda cuando aun estás cerrando la puerta.

- Está muy raro... ¿Remordimientos? ¿Estará tramando algo?

Cierro la puerta. Una de mis manos se posa sobre la suya en mi pecho, cuando me abraza por la espalda.

-... Tal vez... O puede que esté recobrando algo de su antiguo ser... el humano que fue.

Mis dedos acarician su mano.

-... Debe haber una posibilidad... porque si no consigo salvarlo... no se si habría esperanza para mí, ni cuanto tiempo seguiría siendo yo hasta acabar convertido en algo parecido a él cuando le conocimos... o peor.

- Tú nunca serás como él - afirma con convicción, besándote en el homóplato.

No se si es ella o el vínculo quien habla. De hecho, tampoco sé si es una ilusión o es real lo que siente por mí... no la culparía si la respuesta no fuese la que me guste.

Me giro hacia ella despacio, y la beso.

-... Recuerdamelo en mis peores momentos... esas palabras podrían salvarme de hacer una estupidez.

/Los perdidos, calles de la fortaleza (9/12/2009)/