Otra noche más 17/12/09

- Mmm... Bueno, ya lo veréis. Vais adecuadamente arregladas - responde dandoos los vestidos, luego sale de la habitación diciendo:- Volveré en diez minutos, y saldréis como estéis, no vamos a esperar más.

-Bien.

Ayudo a Lucía a ponerse el suyo y acto seguido me pongo el mio, mientras le doy unas indicaciones de como llevarlo (es capaz de sentarse con las piernas separadas de pura costumbre). Por último, me quito la coleta. Bueno, creo que ya estamos.

A penas un minuto después de que hayáis acabado, entra Arnold.

- Acompañadme - y sale escaleras abajo -. En silencio - insiste.

Miro a Lucía con una mirada muy elocuente y le sigo escaleras abajo.

Cuando bajáis, notais algo de barullo en la casa, un niño pasa corriendo, riéndose, y otro le sigue. Arnold os conduce hasta la estancia más grande, que es la cocina-comedor. Allí, Petra ha puesto un mantel blanco sobre el suelo. Arnold le hace una señal con la cabeza y ella sale.

- ¡Vamos, está todo listo! ¡Venid aquí! - va llamando a la gente.

Arnold os señala un par de sillas, ligeramente alejadas del mantel en el suelo. Han movido la mesa, para dejr más espacio. Enseguida llega uno de los gorilas que conoces, claudio y un crio, que no tenrán mas de diez o doce años, pero que notas enseguida que también es un vástago. Todos empiezan a sentarse alrededor de la mesa, mientras llegan los demás. Hay otros tres niños, que juegan a pelearse y morderse.

- Basta... - advierte Petra - Comportaos, niños.

Todos se sientan en círculo alrededor del mantel excepto Petra, que lleva un cuenco en la mano, y Arnold.

Miro la escena con cierto interés, y me sorprendo al ver al niño Vástago, aunque procuro que no se me note la sorpresa. Indico a Lucía que se siente en una de las sillas que nos ha señalado Arnold con un pequeño gesto de la cabeza, y yo hago lo propio, sin decir una palabra.

- Guardad silencio - indica Petra.

Cuando todos se callan, Arnold comienza a hablar.

- Hermanos, pasado mañana nos llega la fecha en la que tendremos que cumplir con la misión principal por la que estamos en esta ciudad repleta de enemigos. La noche de mañana estará llena de preparativos y no tendremos tiempo de compartir nuestra sangre, reforzar nuestra unidad y demostrar nuestra lealtad. Tiene que estar todo bien atado... porque mañana, demostraremos a la Camarilla que el Sabbat no es un rumor en alejados callejones oscuros, que estamos AQUÍ, justo frente a ellos, y el Príncipe, no podrá volver a decir que somos unos "Renegados de la Camarilla", que el Sabbat no habita en su ciudad. España es nuestra, y Francia lo será.

Algunos le vitoréan. Petra pide silencio.

- Bueno, y de paso, nos cepillaremos a unas cuantas de esas nenazas Camarilla - todos se rien un poco, luego vuelven al silencio.

- Hermanos, Caín estaría orgulloso de nuestras acciones, de cómo luchamos por la superioridad cainita sin ocultar tras la humanidad perdida, sin velos ni mascaradas. Extendemos la palabra del Sabbat, como un puño negro imparable contra la hipocresía Camarilla. Y hoy volveremos a compartir nuestro sangre, evitando cualquier vínculo esclavo que quisieran imponernos - le pasa el recipiente a Arnold, que se hace un corte en la muñeca y vierte algo de su sangre en él.

Van pasando el cuenco, y cada miembro de la manada va vertiendo su sangre. Después, con toda la sangre mezclada, hacen una nueva ronda en la que cada uno bebe la sangre de sus hermanos y la suya propia, incluido Arnold.

Parece ser que no andaba muy equivocada respecto a lo que querían hacer con los cuadros... en el fondo lamento que algo hecho por mi padre termine teniendo este uso... pero ya no hay manera de remediar eso. Cuando menciona Petra lo de "esconderse tras la humanidad perdida", no puedo evitar pensar que Arnold no lo ha mencionado, me pregunto si ha drede y por algo, o simplemente le importa más lo de estar unidos y la lealtad. Al ver como derramaban la sangre en el cuenco, no puedo menos que sorprenderme, ¡están todos vínculados los unos a los otros! ¡de ahí lo de hermanos! Creía que los llamaba así por el mismo motivo que yo llamaba "familia" a mi familia, pero resulta que no. Además, lo hacen voluntariamente, ¡y recuerdo lo que me insistía mi padre en que NUNCA, absolutamente nunca, bebiera la sangre de otro Vástago! Realmente creen en esos ideales de los que me habló Arnold... y pretenden lograrlo con todo lo que tienen.
... pese al vínculo, Arnold me defendió... Aún así... me pregunto, ¿qué sentirá Arnold en estos momentos? Me dije a mi misma que esperaría a que Arnold me contara lo que quisiera contarme... Pero necesito saber si este es un momento de felicidad para él, y si le merece tanta tristeza algo así...

//Auxpex2, perc+emp, 1Fdv//

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No parece particularmente feliz, siempre hay un rastro d tristeza en él, excepto cuando se enfada, pero ahora parece mucho más calmado interiormente que de costumbre.

Mmmm... parece que feliz no es, y sigue triste. Pero esta calma... tal vez crea que con esto está haciendo lo correcto, que es lo que debe hacer... aunque, tal vez... ¿en el fondo no le guste?

Sea como sea, espero tranquila y calladita.

Cuando se completa el círculo, y todos han bebido, Arnold vuelve a tomar la palabra.

- Esta es una noche para que disfrutéis, pero recordad que las presas deben estar desprevenidas. No llaméis la atención.

Los niños se levantan de un salto y corren, cogen unos bates antes de llegar a la puerta de la calle. El resto se levanta, más tranquilo, Claudio le da a su jefe la enhorabuena por el discurso antes de marcharse. Arnold te dirige una breve mirada mientras intercambia unas palabras en voz baja con las Tzimisce.

Por un momento me preocupo, ¿Qué le estará diciendo a la Tzimisce? Pero enseguida me calmo. Dije que confiaba en él. Dije que estaría a su lado. Dije que igual que a Lucía, también haría algo por él. Sigo sentada, hasta que me indique lo contrario.

Cuando la Tzimisce se va, os ordena seguirle, de vuelta al cuarto.

- Mañana no estaré aquí, y pasado vendréis con nosotros. Os quedaréis en la furgoneta. Si algo sale mal en nuestro plan, os encontrarán allí. Pero también correis el riesgo de salir mal paradas en la cercana contienda, así que... ¿Algo que deseéis hace antes?

-Bueno... supongo que tendré que alimentarme.-digo mirando de reojo a Lucía. No suelo hacerlo con ella, pero no me queda otra...- Por si la cosa se pone fea... y ponernos ropa más cómoda. Y... Arnold, quiero arreglar las cosas contigo, antes de mañana. Te veo muy capaz de superar lo que sea, pero si algo he aprendido es que los imprevistos ocurren. Si no te volviera a ver, me gustaría que esto no acabara así. Además, ahora entiendo el esfuerzo que ha debido suponer protegerme y defenderme de tu familia. Haces lo que debes por su bien, como yo hacía con la mia. Hoy lo he visto claro. Por eso quiero pedirte disculpas... y ante todo, no dejes que te maten.

- Dile a tu mascota que suba arriba - te dice Arnold.

-Eh... vale.-digo algo sorprendida. También un poco molesta por lo de "mi mascota"... pero no voy a discutir.-Lucía, vuelve a la buhardilla, no discutas.

Lucia fulmina por un momento a Arnold con la mirada (por suerte éste no se digna a mirarla a ella y no la ve) luego sube, airada.

Arnold cierra la puerta de vuestro cuarto y pasa el cerrojo.

¿Por qué ha cerrado con cerrojo? ¿Le ha molestado lo que le he dicho? Estoy hartándome de tener que ir siempre con pies de plomo?

-Arnold, ¿qué pasa, por qué cierras así? No voy a escapar. Y aunque quisiera, sabes de sobra que no puedo.

- No, no puedes - responde, volviéndose hacia ti - ¿A qué estás jugando? - da un paso en tu dirección.

-¿Jugando? Anold, yo no estoy jugando a nada-digo frunciendo el ceño.- ¿Es que crees que lo que dije ayer iba en broma?

Arnold te agarra por los hombros y te suelta echándote sobre la cama.

- Esta noche, al despertar - señala la cama - ahí. Y luego usando tus... facultades para determinar mis cambios de humor, incluso cuando no estás en peligro ¡oh sí, me he dado cuenta! Dime ¿tratas de manipularme?

-¿¡Qué!?-digo sorprendida.- ¡Joder, Arnold, no! ¡Lo que pasa es que hay muchas cosas de tí que no comprendo, y no sé cómo narices ayudarte! ¡Si traté de manipularte alguna vez, sería en todo caso la primera noche y porque temía por mi vida y la de mi sire! ¿Es qué no ves que realmente quiero hacer algo por tí? Tú mismo lo dijiste, mirame, mirate, ¿En qué otra cosa puedo ayudar?

Él te mira de arriba a abajo y se acerca más, y se pone sentado sobre ti, con una pierna ca cada lado, y agarrándote las muñecas.

- ¿Ayudarme? ¿Qué crees que has visto? ¿Crees que hay algo más allá de lo que muestro? Sólo quieres creerlo, porque así no te es tan dificil pensar que quizás no mienta, y no voy a acabar con vosotras dos después de esto.