Fin del descanso (30/12/09)

- Gracias... - bebe - ¿Qué has estado haciendo en nuestra ausencia?

-He estado... ¿adiestrando? a Ronald, señor, y bajé a ver como estaba Basile...

- ¿Y cómo están?

-Ronald sigue asustado... pero no tanto. Ha visto que aunque sea severa, no tiene motivos para asustarse si no hace lo que no debe, y está haciendo un esfuerzo por entender y asimilar todo lo que le digo. En cuanto a Basile...-bajo un poco la cabeza. Aún me siento culpable por lo que le ha pasado.- no lo está pasando nada bien, señor.

- Lo imagino.

Dudo un poco antes de preguntar... pero es que lo he visto tan mal que...

-¿Le importa... le importa si le hago una pregunta, señor?

- No, si a ti no te importa que no la conteste, si me place.

-No señor. A decir verdad, contaba conque, lo más probable es que no lo hiciera, pero necesito hacerla... disculpeme. ¿Ha... ha tomado ya una decisión respecto a Basile?- Por favor, que no se enfade... pero este maldito entuerto lo he organizado yo...

- Aún no. Pero si no le entrego, en ese caso, ten por seguro que le esperan aún de dos a cinco años en la jaula.

Lo que me dice me sienta como una patada en el estómago. ¿Dos años o cinco? Eso acabará con su espíritu...

-Por favor señor. Fue mi culpa que ha Basile se le pasara si quiera la idea de salir de la jaula, y le he visto, está terriblemente arrepentido. Si hay algo que pueda hacer... lo haré.

- Tú ya estás pagando tu culpa. Él debe pagar la suya.

-Perdone señor: solo veo que son otros los que pagan por mis errores.

- A veces, ese es el peor castigo.

Agacho la cabeza. Jugué con fuego y otros se quemaron por mi ignorancia. Este no saber nada me está volviendo loca. Bien. Habrá que hacer que no se repita. Alzo la cabeza, decidida.

-Perdone señor, ¿Puedo pedirle un favor?

- Puedes pedirlo tanto como yo negarlo. ¿Qué quieres?

-¿Podría decirme cómo están divididos los burgos y quienes son los encargados de ellos? Y si me dijera cuál es territorio camarilla y cuál anarquista, también se lo agradecería. En ciertos aspectos, París sigue siendo un misterio para mí, señor. No quisiera meter la mano donde no debo por desconocimiento.

Entonces suena el teléfono, lo coge y tras intercambiar unas palabras, se levanta sin decir nada y empieza a irse. ¿Ha pasado algo? ¿Tendrá Curtis algún problema? Es lo único que creo que le haga reaccionar así....

-¿Necesita ayuda? ¿señor?

- Ven, si quieres.

-Pues.. si no le importa...

Voy con él a donde sea.