Año nuevo (1/1/10)

El niño sigue, efectivamente, allí, sobre la cama, esperando.

Le sonrio, agradecida de que no haya hecho ninguna tontería. Me siento en la cama... y le hablo, con calma, con tranquilidad.

-Veras, pequeño... hemos estado hablando. Tal vez haya una manera de que corras menos peligro... ¿me escucharas?

Él te mira, prestándote atención.

-El mayor problema que tenemos ahora es... que eres un niño. Tal vez en el Sabbat no era un problema, pero aquí no los admiten... porque no terminais de madurar, necesitais constantemente que alguien esté ahí para cuidaros, y matan tanto al niño como al que lo ha abrazado, o en mi caso, al que lo ha acogido. Pero parece ser que en tu caso puede ser diferente. Tengo entendido que en tu clan... podeis manejar la materia órganica, cambiarla a voluntad. Aunque seas un niño, si no lo pareces, no habría tanto problema. ¿Podrías hacer eso? ¿Cambiar tu aspecto para parecer un adulto?

- Serían las primeras desde hace tiempo... Pásate si quieres.

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- Nunca lo he... probado conmigo...

-Tómatelo con calma, ¿vale? No te agobies. Dime, si no saliera muy bien, ¿puedes regresar a tu forma original?

- Pues no... no lo sé...

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- Como quieras. Te espero allí.

-Dime... ¿qué es lo máximo que puedes hacer sin que quede mal?

-Procuraré tardar poco.

Cuelgo el teléfono, y miro a los tres.

-¿Estais listos?

- Pues no lo sé... las cosas que hacía eran... bueno eran para... que la gente gritara...

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- Listos, jefe.

-Iremos a un descampado, cerca de un bar anarquista en Las Torres.

Le paso las llaves del coche.

-Vámonos.

//abro en las torres?

Mi rostro se entristece al oir eso... sin acusación.

-¿te atreverías a intentarlo? Intentaríamos que fuera algo sencillito...

- ¿Eso ayudará a que saques a Arnold?

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//FdI: Sí, abre//

No puedo evitarlo. Le abrazo... le apoyo contra mi, acariciandole suavemente la mejilla con el pulgar.

-Sí, pequeño, sí.-Digo, con cariño. Este niño es el único que quiere a Arnold, que entiende porqué quiero salvarlo.- Hay que engañarlos... que no sepan quién eres ni de donde vienes. Y si lo haces bien, cuando lo saque, tal vez puedas alterar sus rasgos para que nadie lo reconozca y no lo busquen....

- Entonces lo intentaré - declara, aunque no responde a tus caricias, su voz es seria y decidida.

Sonrio, sin cambiar de posición. Este niño... me recuerda demasiado.

-Eres un pequeño muy valiente... Oye... ¿ya lo hizo antes? ¿Alguna vez tuvo que cambiar sus rasgos?

- Creo que sí, cuando se unió al Sabbat - responde.

Cuando se... ¿cuando se unió?

-Vaya... creía que él siempre había sido del Sabbat.

Niega con la cabeza, simplemente.

El me dijo que había renacido Sabbat...

-Tengo que bajar un momento.-Digo, separándome de él.-No hagas nada todavía... vamos a tratar de asegurarnos de que esto salga bien.-Me levanto de la cama, llendo hacia la puerta.- Ve pensándo como hacerlo, si quieres... y ánimo.-le sonrio.- Eres un chico muy valiente.-Cierro la puerta y bajo.

Antón sigue en el salón. Basile está en una de las habitaciones. Curtis ha salido.

Me lo pienso un momento... y voy a la habitación donde está Basile. Llamo antes de entrar.

- Pase - dice Basile sin preguntar siquiera quién es.