Regreso 22/01/10

-... Adelante.

Entro.

-...¿qué tal la habitación? ¿te gusta?

- ¿Bromeas? Llevo demasiado durmiendo en el suelo...

-Ya...-Desvio la mirada.- Puedes pedir sangre, también. Aunque no sé como van a darte la tuya en concreto.

- Si me dejas salir, yo la buscaré o... puedo beber de la tuya.

Le miro.

-¿Tú qué quieres hacer?

- A mí no me importa beber de ti... ya estoy en tus manos, igualmente - sonríe un poco.

-Pero...Arnold, ¿a ti te afecta el vínculo? Quiero decir, ronald parecía inmune a él...

- No tengo esa peculiaridad.

-Pero eso quiere decir...-me llevo una mano a la frente.-Mierda. No pretendía vincularte. Pensé que como haciais esa cosa de beber la sangre de los otros... y por lo que dijisteis en el discurso... Joder, ¡lo siento!

¡No quería vincularle! ¿Qué más puede salir mal? Cuando le ofrecí mi sangre fue porque tenía sed y Antón no le iba a dar más...

- No te preocupes. - sonrío - Estoy bien

-Pero... la sangre te ata más a mi. Y me tienes que ver con el Príncipe y... Te juro que no quiero hacerte sufrir. Tal vez no esté tomando las mejores decisiones, tal vez no haya visto la manera de hacerlo mejor... pero te juro que no quiero hacerte sufrir. Aún sigo pensando en ti como en mi caballero, no como en mi-toco su collar.-perro.

Sonríe, con cierta tristeza y sobretodo cariño, como si no esperase que recordaras o que lo pensaras tambien así.

- ¿Tu caballero?

-Sí.-Digo yo también con tristeza.- Sigo creyendo que lo eres. Es cierto que hiciste mucho daño, ¡pero no tenían derecho a hacerte lo que te hicieron en primer lugar! Con más dolor no se solucionará nada... Realmente creo en ti. Y has luchado por mi, has sido mi caballero... en todo momento, incluso frente al principe. Gracias. Ojala yo pudiera ser tan buena contigo.

- Lo estás siendo - responde, más contento.

Sonrio un poco. Luego me pongo un poco más seria y... ¡oh, qué diablos! Le doy un fuerte abrazo.

-Me alegro de que estes bien. Oh, no sabes cuanto me alegro de que estes bien.

- Gracias por hacerlo posible.

Espero poder hacerlo por siempre durante mucho tiempo.

-Vamos a solucionar el problema de la sed. No creo que sea seguro que salgas por ahi sediento, esa bestia aún anda suelta. Pero podría pedirselo a un ghoul.

-... preciso sangre algo peculiar.

-...¿No me dijistes de hombres de entre quince y treinta años?

- Oh... ya lo sabes... perdona... estoy... un poco confuso... - parece abatido.

-¿Confuso? ¿Por qué?-Le miro preocupada.-Por favor... cuéntame que te abate... dejame ayudarte en lo que pueda...-Miro mi muñeca.-Si... lo que quieres es mi sangre... No te la voy a negar. Pero me preocupa que esto te haga sufrir aún más.

- No es eso... aunque agradecería un trago... es que... - se sienta en la cama - Estar encerrado me... vuelve loco... pensé tanto en ti... ya no sé que he hablado contigo y cuando sólo imaginé hacerlo.

Le miro, completamente conmovida. ¿Villón pensará tanto en mi? Me siento a su lado.

-Perdóname. Yo no quería encerrarte... ni en este sótano ni en el Eliseo. Ni en esa caseta en la cabaña del Príncipe. Te escucharé todo lo que quieras decirme... incluso si ya me lo has dicho antes.

-... Te amo. - dice. Y nada más. Parece que es lo único que tiene que decirte.