Regreso 22/01/10

Una campana... ¿Una iglesia?

La noche aún no ha acabado, todavía quedan algunas horas para el amanecer.

-... Aun hay tiempo...

Quizá sea un pálpito estúpido... pero quiero creer por una vez.

-Creo que saldré a dar una vuelta... -digo en voz baja, aunque nadie me escuche.

Busco a un Ghoul.

Encuentras a un ghoul.

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Es el número del Príncipe.

-Voy a dar una vuelta... Si alguien me busca, que me llame al móvil.

Le doy el número.

-Tened cuidado mientras estoy fuera.

Lo cojo rápidamente, esperanzada.

- Sí, señor. Así lo informaré.

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- ¿Hola? ¿Berenice? ¿Estás ahí? - notas que habla a otro, con irritacion - No, ya no pita.

-Sí, señor, soy yo.-Digo, incapaz de contener la emoción. Justo cuando más lo necesitaba...

-De acuerdo...

Pienso en las campanadas.

-Por cierto, hay alguna iglesia o edificio con reloj por aquí ¿no?

- Oh, ya está. ¿Estás bien?

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- La vieja iglesia, sí, a un par de manzanas. Su entrada está en un callejón.

-Yo...-no puedo decirle que no, no puedo.-No, no mucho. Tengo una jaqueca horrible.

Asiento.

-Gracias. Puedes retirarte.

Buscaré a Berenice. Le diré que voy a salir... creo que en esta casa ya quedó patente que enterarse por terceras personas no sienta bien.

- Oh, lo lamento - dice, con pesadumbre -. Si estubiese allí podría aliviarte.

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Del cuarto de Berenice oyes su voz, parece hablar con alguien.

-...

No tengo ganas de interrumpir. Esperaré y luego preguntaré... O mejor no. Tiene derecho a su intimidad. Simplemente diré que me voy en cuanto cuelge.

-¿Por qué me llamaba, señor? ¿Ha sucedido algo?-Pregunto, preocupada. Ojala no tenga que cancelar lo de mañana...

- No... me pareció... presentí que te pasaba algo.

-Así, es, yo... no me encuentro muy bien y... no deseo... ni presionarle ni agobiarle al decir esto. Es la verdad. Le echo mucho de menos.

- Oh, yo tambien, querida. ¿Quieres que nos veamos? Es un poco tarde y tengo obligaciones, pero si lo necesitas...

Sigo esperando, no interrumpiré nada.

-...Lo necesito, pero usted tendrá cosas que hacer. Es lógico, con lo que ha pasado esta noche... es más seguro para todos que se encargue. Es suficiente con que me haya llamado, no sabe hasta que punto...-Me retiro una lágrima.

- ¿Estás segura? No pareces estar muy bien... No te habrán hecho nada esos... amigos tuyos ¿Verdad?

-No, ellos no han hecho nada. Es sólo que... no sé, soy yo. Han pasado muchas cosas, no consigo poner mis pensamientos en orden... dudo de mi misma... y no puedo descansar ni un momento. Ya van dos días en los que casi me ahogo con mis pesadillas.

- Está bien, si hoy tienes pesadillas de nuevo, mañana dormiré contigo para evitarlas. ¿Te parece bien?

-No. No me parece bien. No quiero que duerma conmigo si ese es el motivo.

-... - hay un silencio - Sólo quiero ayudarte.

-Lo sé, señor, pero...-cae una lágrima. Aprieto el puño.-...no quiero que esté conmigo porque sienta pena.

- Yo no suelo sentir pena por nadie - dice airado -. No sé porqué dices eso.