Regreso 22/01/10

-¡Porqué no entiendo por qué me apartó así de su lado!-Hala, lo he dicho. Me llevo la mano a la boca, tratando de tapar mis sollozos. Me duele la cabeza... me está costando pensar...

-... Estás muy alterada. Mejor hablaremos mañana de esto.

-Lo siento... yo... yo solo...-no logro que me salgan las palabras..., ni parar las lágrimas.

- No estoy enojado. Pero creo que necesitas calmarte.

-Sí... tiene razón, estoy muy nerviosa...

"si tan solo hablaras, si tan solo explicaras" ¡Agh! ¡Mi cabeza!

- Mañana hablaremos. No sufras.

Cojo aire, tratando de tranquilizarme.

-Sí señor... lo estaré esperando con impaciencia.

- Tambien yo - oyes voces por la sala - Sí, si, ahora voy... Tengo que dejarte.

-Que le sea leve.-digo con una pequeña sonrisa.- Buenas noches, señor.

- Igualmente - cuelga.

Dejo el teléfono a un lado, y me hago un ovillo en la cama. Intento descansar, y tranquilizarme un poco.

Espero unos 30 segundos, no quiero que parezca que he estado escuchando tras la puerta.

Toco.

-Hermana... voy a salir a dar una vuelta. Tardaré poco en volver.

-No tardes.-le digo.-No debe quedar mucho para el amanecer.

-Sí, claro.-Como que estoy yo como para vigilar nada. En fin.

...

Ojala pudiese hacer algo por ella. Decido salir de casa, y miro al cielo un par de segundos. Después camino, por la calle, buscando esa iglesia...

Quiero creer.

"NIEGAS TU PROPIA NATURALEZA CUANDO TODOS SE DEJAN LLEVAR POR ELLA... SON FELICES ASÍ, Y TÚ UN DESGRACIADO. ¿NO TE DA QUE PENSAR?"

Niego con la cabeza para mí mismo.

*Déjame en paz...*

Me calmo, me limpio bien la cara y bajo al salón. Ni idea de como cuidar el fuerte, pero... bueno, supongo que lo haré mejor aquí que en mi habitación. Me siento en el sofá.

No te cuesta encontrarla, aunque está bastante oculta y no ves el campanario, probablemente el sonido viene de los altavoces puestos fuera.

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Un ghoul se acerca a preguntarte si necesitas algo.

Le pido un poco de sangre. Tal vez me calme los nervios.

Guardo las manos en los bolsillos, mirando el edificio, detenidamente, pasando mi vista por los altavoces.

-... ¿Qué debería hacer?... -murmuro con los ojos en la iglesia-... ¿Soy un necio por pensar que puedo mejorar las cosas después de todo lo que ha pasado?

Suspiro.

-... ¿Tengo alguna posibilidad?

No sé qué demonios espero... me siento totalmente perdido, ansiando una mano a la que poder agarrarme y teniendo la certeza de que no me soltará.

¿Soy un iluso por creer?

Sigues mirando hacia la iglesia, y de pronto algo te cae en la cabeza. No es muy pesado, pero el golpe te ha picado. Parece ser una moneda de poco valor que a alguien se le ha caido al sacudir una prenda por la ventana.

... Ay...

Me saca de mis cavilaciones existenciales. Entonces busco desde dónde puede haber caido, por curiosidad, y luego me fijo la moneda en el suelo para después cogerla, mirándola.

El ghoul te trae la sangre.

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Cuando la recoges ves que hay algo en el suelo, parece una tarjeta, y está manchada de sangre.

-Gracias.-digo aceptando la copa. Cuando se va bebo, y mis ojos recorren el lugar, deteniéndome en la ventana. Era allí donde antón se quedaba mirando al exterior... aunque nunca pareció que mirara nada en concreto. Casi puedo verle ahí...-Señor, gracias por aceptarme en su familia. Me pregunto qué seremos ahora... y si podremos mantenernos unidos.-lanzo un suspiro muy humano y bebo. Admito que la sangre me sabe insustancial... no viva. Parece que carezca de ese sabor. Lo cierto es que hecho de menos incarle el diente a algún jovencito idiota que creía haber sido capaz de seducirme. En fin...

... Esto no es bueno...

Miro la tarjeta manchada de sangre, la cojo y la leo.