Hablando de principes... (1/1/10)

Le miro unos segundos, como examinándole.

-... Este antiguo me preocupa... Hace mucho que no te veo salir de esta casa.

Sonríe.

- El mundo de afuera es para los jóvenes, chiquillo... yo no tengo nada allí que me interese. Excepto... - mira hacia la ventana.

-... Entiendo.

Me acerco, y pongo una mano en su hombro.

-... Claire puede que esté mirando por la ventana también... -aprieto un poco, sin hacer daño-... Pronto podrás ser joven a su lado otra vez.

Entonces empiezo a alejarme, es hora de ver a Emile.

-Hasta luego padre -le digo antes de salir del salón.

Emile está en su cuarto, leyendo un libro.

-¿He tardado demasiado? -pregunto desde la puerta, alzando las cejas.

- Nunca es demasiada espera si es por ti. - dice cerrando el libro.

Me acerco despacio, con media sonrisa.

-¿Qué libro era ese? -pregunto con curiosidad.

- El desvelo del amor - responde - . Nada comparado con lo nuestro.

-Desvelo del amor... -repito, algo curioso-. No sabía que te gustaran esa clase de libros.

La beso, pasando mis manos por su cintura.

-... ¿Hay más cosas que no sé?

- Uy, muchas... ya las descubrirás - dice, devolviéndote el beso.

La saboreo en el beso. Ojala mis momentos con ella duraran para siempre.

-¿Sabes? He pasado los últimos días destrozando las notas con el violín sin nadie que me dirija... ha sido muy frustrante -digo, sonriendo un poco.

- Eso lo arreglamos enseguida... - te coge la mano y te lleva al auditorio.

La sigo, hasta el auditorio. Sin ella allí, ese lugar no es lo mismo.

El violín está en el mismo lugar donde lo dejé. Entonces lo cojo.

Ella vuelve a colocarte en la posición adecuada y empezais a ensallar.

//FdI: Tira//

des+inter//

El miembro 'Curtis Miller' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'd10' : 2, 5, 1

Toco una nota de tal forma que una de las cuerdas se rompe... maldita sea.

-... Vaya...

Puede que sea tanto ensayo sin su supervision, no se.

Ella se echa a reir, y su nítido sonido te relaja.

- No se te puede dejar sólo...

La miro, con cierta molestia al principio, pero acabo riendo también.

-... Y no quiero que me dejes solo.

Sonrio un poco.

Ella se sienta a horcajadas sobre ti.

- ¿Y si dejamos lo del violin hasta mañana?

Sonrio, con cierta picardía en la mirada.

-... Bueno, no soy un gran violinista, lo admito... ¿y qué propones entonces?

- Hay otras cosas que haces muy bien - dice, besándote.

- Por favor, tenéis un cuarto para esas cosas.

Emile pega tal bote que por poco se cae, luego enrojece hasta las orejas, con la vista baja.

Miro a Antón... no sé si reir o molestarme, o simplemente no hacer nada, pero Emile... nunca la había visto así.

-... Bueno, tampoco ibamos a llegar a tal extremo aquí mismo.

Ciertamente es un poco cotilla.

- Me hubiera gustado oír un poco de música, simplemente - responde, aún serio.

Suspiro, y le muestro el violín, con la cuerda rota.

-Culpa mia... aunque no se puede llamar música a lo que yo hago -acabo diciendo, con algo de verguenza-... ¿Hay cuerdas de repuesto por aquí?